Por Redacción - 2 Julio 2020

Uno de los grandes cambios que ha traído la crisis del coronavirus ha sido el boom del teletrabajo. Antes del estallido de la pandemia, la cantidad de empresas que permitían a sus trabajadores desarrollar sus funciones desde sus hogares era muy bajo y lo hacían en cantidades limitadas y situaciones muy específicas. Las órdenes de confinamiento enviaron a las plantillas a sus hogares y fue un "teletrabajar o cerrar actividad".

Las compañías no tuvieron más remedio que autorizar el teletrabajo, descubrieron que sus miedos no estaban fundados y lograron mantener la actividad. Para los trabajadores, fue una manera de descubrir qué ocurría al trabajar en remoto y, para bastantes, de asumir sus beneficios.

De hecho, los análisis y las previsiones apuntan a que este podría ser uno de los grandes cambios que traerá el mundo post-coronavirus. Las oficinas tradicionales y hasta esas oficinas cool que generaban identidad de marca podrían estar llamadas a desaparecer. Algunas de las pautas de trabajo que se desarrollaron estos días podrían asentarse también para siempre: por ejemplo, con los anuncios de la tele, las marcas podrían impulsar este trabajo en remoto y esa bajada de uso de recursos porque han descubierto que les ahorra muchísimos costes.

El teletrabajo se asentará también en aquellos terrenos más creativos, como puede ser el marketing y la publicidad, porque sus trabajadores han descubierto sus beneficios y, sobre todo, cómo les permite acabar con algunos de los problemas que lastran su día a día en la oficina tradicional. Un estudio estadounidense acaba de concluir que solo el 1% de los marketeros quiere, en el mundo post covid-19, volver a la oficina de siempre. Frente a ese porcentaje, un 69% cree ahora que deben tener la capacidad para poder trabajar en remoto.

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