Por Redacción - 13 Octubre 2020
La palabra monopolio ha ido unida en titulares, análisis y reportajes a los nombres de las grandes compañías de tecnología durante los últimos años de forma constante. En relativamente pocos años, los gigantes de la red han ido escalando posiciones y se han ido haciendo con una parte cada vez más elevada del reparto de la tarta en ingresos que genera la red. Sus posiciones son muy firmes y su peso frente a otros potenciales players muy elevado. Tanto es así que si se analiza el mercado viendo sus posiciones conjuntas se puede llegar a concluir que ellas son el mercado. De Facebook y Google ya se habla de duopolio.
Pero una cosa son los análisis y los titulares en prensa, otros son los movimientos del mercado y la actividad de las administraciones públicas. Ahí, en esos últimos puntos, es en los que los gigantes de la red están teniendo ahora mismo grandes problemas, problemas que afectan a todos ellos y que llegan además desde varios frentes. Son problemas, además, cuyas conscuencias podrían suponer un cambio tectónico en cómo se hacen negocios en la red y qué futuro espera en marketing, publicidad, big data o ecommerce para las empresas de internet.
La presión contra Google, Facebook o Amazon ha ido aumentando en la Unión Europea durante los últimos años. Google recibió una multa milmillonaria en 2017 y otra en 2019, ambas por abusar de su posición dominante en el mercado. Amazon podría ser la próxima, ya que la Comisión Europea ultima una investigación en este terreno.
Y Facebook ha llegado a amenazar con dejar la Unión Europea, no por una investigación de monopolio sino por una cuestión de datos, que es otro de los puntos delicados en la relación entre los gigantes de la red y los organismos públicos. La justicia comunitaria ha sentenciado que no pueden compartir datos de los europeos con Estados Unidos y ahora Irlanda tiene que aplicarlo. Si lo hace, advierte Facebook, dejarán de dar servicio.
Para la Unión Europea, de una manera o de otra, los gigantes tecnológicos estadounidense parecen, o al menos esa es la sensación que da desde fuera, una de las grandes prioridades. En casa, sin embargo, estas compañías no lo tienen más fácil.
En el Congreso de Estados Unidos se ha presentado un informe, elaborado por el grupo demócrata, que concluye que Apple, Amazon, Facebook o Google tienen demasiado poder en sus respectivos mercados. Son monopolios de facto, alertan, y deben ser reguladas. "Estas cuatro corporaciones sirven de forma cada vez mayor de gatekeepers en comercio y comunicación en la era digital", señalan, apuntando que esa posición les da "una capacidad enorme para abusar de ese poder".
Y, como ya antes habían apuntado algunos políticos estadounidenses (era una de las cosas que decía Elizabeth Warren en su carrera por convertirse en la candidata demócrata a la presidencia), su poder debería ser fragmentado. No pueden seguir, alerta, haciendo todo lo que hacen. Estas conclusiones llegan tras una investigación de meses (que incluyó a los dos partidos, aunque solo estas conclusiones lleguen de los demócratas).
Las cuatro compañías se han defendido ya contra esas acusaciones, pero lo cierto es que ya solo el que se haya llegado a estas conclusiones supone un problema de base para ellas. Si en noviembre se produce un cambio político en Estados Unidos, como las encuestas parecen indicar, y los demócratas recuperan la presidencia, este análisis podría impactar en cómo se regularán los mercados tech.
Y, pase lo que pase, las conclusiones funcionan como legitimizador para lo que los medios y los competidores de estas compañías llevan denunciando desde hace ya algún tiempo. Estas conclusiones son más gasolina para la hoguera.
Las conclusiones y los análisis dejan claro además que los gigantes de la red están más y más bajo la observación directa de las autoridades de medio mundo y que estas se muestran cada vez más críticas con las posiciones que ocupan. El futuro podría traer cambios y con ellos no solo podría cambiar la posición de los gigantes sino también de sus competidores.
Por ejemplo, si las recomendaciones de los congresistas estadounidenses fructifican, Amazon no podría vender sus propias marcas en competencia con las del marketplace, Google tendría que separarse de Android, Facebook no podría aumentar su peso vía nuevas compras o Apple no podría limitar qué se vende en la App Store, teóricas posibles aplicaciones.