
Lo que la industria del libro demuestra sobre cómo nadie está al margen de los problemas de suministro y cómo puede ser un lastre para la campaña de Navidad
Por Redacción - 22 Septiembre 2021
Primero fue la crisis del coronavirus y la necesidad de cerrar fábricas y reducir el contacto entre personas. Después llegó, de forma inesperada, el bloqueo del canal de Suez por un barco encallado. La historia del barco empezó como una curiosidad, como una noticia meme, y se acabó convirtiendo en un quebradero de cabeza de largo alcance cuando redujo las rutas comerciales.
Todo ello ha tenido un impacto directo en las cadenas de suministros y en la logística, lo que suele acabar protagonizando titulares en las páginas económicas y lo que también debería preocupar a los marketeros y a los estrategas de ventas.
El caso de los microconductores ha sido el primero de los grandes ejemplos. La crisis de los chips - la producción no era capaz de responder a la demanda - estaba lastrando ya a principios de año la fabricación de productos que los necesitaban (desde ordenadores hasta coches) y ponía ya a meses vista en peligro elementos como el Black Friday (que usan la electrónica como gancho).
Para los marketeros, complicaba mucho las cosas, haciendo que las ventas estuviesen en peligro y que la tensión entre relaciones entre consumidores y marcas subiese.
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