Por Redacción - 31 Agosto 2022
La digitalización, la llegada de las redes sociales, el coronavirus o el compromiso con el medioambiente son algunos de los factores que han cambiado la forma en la que los usuarios se relacionan con las marcas. Los consumidores cambian rápidamente sus hábitos de compra en función de la situación de su entorno, por lo que los comercios deben adaptarse a los cambios y las tendencias de estos.
La figura del consumidor es un elemento clave a la hora de definir la estrategia de ventas de un comercio. La forma en la que los usuarios interactúan con las marcas ha cambiado radicalmente en los últimos años, en especial gracias a las redes sociales, que se han convertido en un canal bidireccional que facilita que los clientes estén en contacto continuo con estas.
Gracias al avance de estas tecnologías, los usuarios quieren formar parte de las marcas y no ser meros receptores de las mismas, por lo que las compañías deben instaurar nuevos modelos de negocio que faciliten esta interacción. Todos estos modelos de negocio tienen una finalidad principal, que es la mejora de la experiencia de usuario. En este sentido, desde la compañía Sipay, destacan algunos de los modelos que han surgido gracias a la escucha activa de las marcas para satisfacer las necesidades de los clientes son:
Durante los últimos años se han observado ciertos cambios en la forma en la que los usuarios disfrutan de un producto o servicio. Mientras que antes los usuarios compraban de forma aislada, en la actualidad cada vez es más frecuente la compra periódica de productos y servicios. Esto ha supuesto un cambio de mentalidad en los clientes, ya que prefieren disfrutar de un bien o servicio de forma continuada, antes que simplemente, poseerlo.
El modelo de suscripción, por tanto, consiste en vender productos, servicios o contenidos a una cartera de clientes de manera recurrente, a cambio del pago de cuotas periódicas, que normalmente son mensuales. Este método ha adquirido especial importancia en el mundo online, por ejemplo, con la aparición de las plataformas de vídeo.
De esta manera, las empresas pueden crear conexiones con los usuarios. Además, gracias a él, estas pueden ofrecer ciertas ventajas a los clientes, que percibirán una mejora de la experiencia y una mayor personalización. Además, puede ayudar a reducir su pain of paying. Los negocios, por ejemplo, podrán informar de las últimas novedades de la compañía a los suscriptores antes que al público en general, lo que mejorará el trato con los clientes actuales e incentivará a los clientes potenciales a la suscripción.
El modelo tradicional de financiación en los últimos años ha experimentado grandes cambios, dando lugar a la aparición de un nuevo formato, conocido como Buy Now, Pay Later, que se ha convertido en una de las tendencias que está revolucionando el sector ecommerce.
Los usuarios, en numerosas ocasiones, quieren disponer de los productos y los servicios al instante, pero no disponen de toda la cuantía a pagar en el momento de la compra. En definitiva, gracias al BNPL los usuarios pueden disponer de los productos que más desean mediante un sistema de pago mucho más asequible, que consta de la división de la cuantía a pagar en hasta doce cuotas. De esta forma, en el momento de la compra el cliente tan solo debe pagar el primer pago en lugar del total.
En este modelo de negocio, el comercio se centra en satisfacer al consumidor, ya que al permitirle fraccionar el pago en bajos importes bajos, le posibilita disfrutar del bien sin pagar el total de este. Además, una de sus principales características consiste en que el proceso de aprobación de la compra es muy rápido, por lo que el consumidor la recibe durante el mismo proceso de adquisición.
Los intereses generados por el pago aplazado pueden ser asumidos tanto por los comercios con el objetivo de llegar a más usuarios y, por tanto, aumentar sus ventas, o bien, por el propio comprador. Un aspecto positivo de este modelo es que, si el consumidor no paga intereses, no tiene la sensación de estar endeudándose, por lo que generalmente, su disposición a adquirir el bien o servicio es mayor.
Las redes sociales han sido la revolución de los últimos años. Mientras que en un comienzo se utilizaban como plataformas sociales para interactuar y compartir contenido con amigos, en la actualidad, han pasado a ser un canal comercial donde las empresas pueden vender sus productos. Esto ha provocado que ya no solo dispongamos de canales de compra físicos, sino que podamos adquirir productos de forma online y en las plataformas en las que hace unos años solo usábamos para relacionarnos con los demás.
La tecnología y el comercio electrónico han fomentado nuevas formas de actuación en los consumidores, que buscan procesos sencillos y sentirse integrados en el proceso de actuación de las marcas. Una buena forma de cumplir con las expectativas es el social commerce, un modelo de venta de productos a través de las redes sociales, donde las marcas entran a formar parte de las plataformas más utilizadas por los usuarios con el fin de adaptarse a ellos y ofrecerles facilidades de compra.
En la actualidad, los consumidores cada vez más acceden a los productos y servicios a través de las aplicaciones de sus dispositivos móviles. Para conseguir que los usuarios no tengan que almacenar en sus dispositivos una gran cantidad de “apps”, han surgido las ya conocidas “Super Apps”.
En muchos países de Latinoamérica ya están disponibles, y permiten que el usuario realice un pedido de comida a domicilio, renueve el seguro del coche o envíe una transferencia bancaria. Por tanto, el principal objetivo de estas es ofrecer numerosos servicios en un mismo lugar.
Las super Apps ofrecen beneficios para el cliente puesto que le ahorran la descarga diferentes aplicaciones, que no sólo le aumentan la capacidad de almacenamiento de su dispositivo, sino también el tener que conocer el manejo y el funcionamiento de cada una de ellas. Además, se ahorra introducir sus datos personales o de pago varias veces, por lo que en este sentido mejora su comodidad y su experiencia de usuario.
Sin duda, se espera que el ecosistema de las “super Apps” evolucione enormemente en los próximos años.
Los consumidores están más comprometidos que nunca con el cuidado del ecosistema, y valoran cada vez más que las empresas también lo estén. La economía circular es un modelo de producción y consumo que implica compartir, reutilizar, renovar y reciclar materiales y productos existentes para crear un valor añadido. De esta forma, el ciclo de vida de los productos y de los materiales se extiende.
Hoy en día, la sostenibilidad es un factor que aporta una ventaja competitiva a los comercios, por lo que apostar por estas iniciativas, en un entorno tan competitivo como el que atravesamos, puede ser la clave para que los consumidores, que valoran cada vez más las prácticas sostenibles, se decidan por la compra de sus productos.