Primer día de la semana en Vigo. A diferencia de lo que ocurre en otros lugares de la Península, la tarde del lunes es lo suficientemente fría como para que el centro comercial que abrió hace unos meses en el edificio céntrico de la estación de tren esté a rebosar de gente. En algunos escaparates de las marcas que tienen tienda en el espacio ya aparecen los avisos de rebajas.
Al día siguiente, el tiempo no ha mejorado y por el epicentro comercial del centro de la ciudad se ven muchos paraguas. También se ven avisos de inicio de rebajas. Las tiendas Inditex siguen manteniendo la temporada y aún no han arrancado los descuentos. Las de la competencia se han lanzado ya a hacer sus grandes ofertas. Las rebajas ya han empezado.
El paseo comercial por Vigo es un ejemplo práctico, pero sirve como muestra para comprender cómo las rebajas de verano ya han dado de una manera o de otra el pistoletazo de salida. Las grandes marcas, por mucho que vayan aún a velocidades diferentes, están empezando cada vez antes sus rebajas.
De hecho, en los últimos años, se han ido repitiendo con cada inicio de verano los titulares que avisan del inicio histórico de las rebajas por temprano. En 2020, se adelantaron para dar salida a todo lo que los gigantes no habían podido vender durante el confinamiento. En 2021, lo hicieron también porque esa es la tónica que se ha quedado en cómo operan los mercados.
Incluso, aunque el exceso de períodos de rebajas y descuentos están haciendo que las rebajas tradicionales se diluyan, este año se ha vuelto a repetir el patrón. Vale que Zara no tiene aún rebajas, pero el resto de los grandes players ya lo están haciendo y están llenando sus escaparates de reclamos de precios más atractivos.
¿Funcionarán en 2022 las rebajas un poco mejor? La inflación, que lleva siendo el gran titular económico desde hace meses, podría también impactar en cómo reciben los consumidores las rebajas. Los españoles reconocen que la inflación ya les quita el sueño y los especialistas han empezado a advertir de que se está activando una psicología inflacionaria que marca el consumo.
A los consumidores les da miedo la escalada de precios y toman decisiones de compra cada vez más orientadas al precio y a intentar reducir al máximo sus gastos. Esto podría convertirse en un factor que cambie la relación entre los compradores y cómo se gasta en rebajas.
Los comerciantes tienen la esperanza de que el reclamo de los descuentos les sirva para conectar con un público al que la macroeconomía está volviendo esquivo. “Si al mes te tienes que gastar entre 80 y 100 euros más en llenar el depósito de tu coche; pagas de luz 20 o 30 euros más al mes y además, ir al supermercado es cada vez más caro y tienes el mismo sueldo, está claro que de algún sitio tienes que recortar”, le explica a la prensa local un comerciante grancanario, una de las provincias en las que las rebajas ya han empezado y en las que sus vendedores esperan que los descuentos compensen la situación del mercado.
Los comerciantes de esa región esperan subir ligeramente o al menos que le retroceso de ventas frente a las rebajas del año pasado no sea mayor al 5%. Quizás, a los comerciantes en general les beneficie la llegada de más turistas este año. “Estamos registrando un crecimiento del 20% en comparación con el año pasado. El turismo se ha disparado y las ganas de consumir también”, señala a El País el presidente de la patronal del comercio textil, Acotex, Eduardo Zamacola, aunque concede que con el fin del verano posiblemente llegue una crisis importante.
