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Marcas blancas desafían la inflación y resisten con fuerza en el mercado de supermercados

A pesar del aumento de precios, las ventas de marcas blancas no han disminuido significativamente

Por Redacción - 31 Julio 2023

Las marcas blancas muestran una mayor resistencia a la inflación en los supermercados, según expertos del sector. Durante más de un año y medio de inflación descontrolada y precios elevados en la cesta de la compra, se han observado cambios en los hábitos de compra de los consumidores y en las estrategias de las grandes distribuidoras. Entre las tendencias emergentes, destaca el hecho de que las marcas blancas han demostrado ser más resilientes frente a la escalada de precios.

Los supermercados que ofrecen productos bajo sus propias marcas de distribuidora han ampliado su gama de productos, abarcando no solo alimentos básicos como leche, productos lácteos y conservas de pescado, sino también bebidas gaseosas, productos de droguería y vino. Anteriormente, las marcas blancas eran conocidas por ser más económicas, pero esta característica ha evolucionado con el tiempo. Actualmente, sus precios son comparables e incluso pueden superar a los de marcas más conocidas, siendo fabricados a menudo por los mismos productores.

La relación entre fabricantes y distribuidores ha cambiado debido a la inflación, lo que ha llevado a ajustar márgenes de beneficio. Algunos supermercados han optado por mantener el mismo fabricante, pero subiendo los precios, mientras que otros han buscado fabricantes más económicos que puedan ofrecer productos de calidad similar. Esta situación ha beneficiado a empresas locales, ya que recurrir a productos regionales añade un valor especial para los clientes.

A pesar del aumento de precios, las ventas de marcas blancas no han disminuido significativamente, debido a que los clientes valoran la calidad y la fidelidad a estas marcas.

Sin embargo, los márgenes se han ajustado en toda la cadena de distribución debido a la inflación. Los supermercados han respondido incrementando los precios para mantener sus ingresos, pero esto ha llevado a que el tíquet medio de compra disminuya, ya que los clientes son más conscientes del precio y espacian más sus compras.

Esta tendencia ha afectado negativamente a los hipermercados, que han perdido clientes en favor del comercio tradicional y los supermercados de barrio. El consumidor actual se muestra más exigente con el precio y busca formas de comer bien sin gastar en exceso. Por ello, ha aumentado el consumo de pollo en lugar de ternera y se han buscado alternativas más económicas en la compra de pescado.

Aunque la inflación ha afectado a los precios de los alimentos, no ha provocado una crisis de consumo como la ocurrida en 2008. Las familias se han adaptado a la situación y se han vuelto más cuidadosas con sus compras. Los productores aragoneses han ganado presencia en los supermercados, ya que su oferta de productos locales es valorada por los clientes en su búsqueda de calidad a precios razonables.