Por Redacción - 9 Noviembre 2023
El valor de marca es un activo intangible que representa la percepción que los consumidores tienen de una marca. Se basa en una serie de factores, como la calidad del producto o servicio, la reputación de la empresa, la experiencia del cliente y el compromiso de la marca con los valores sociales. Por su lado, la publicidad es una herramienta que las empresas utilizan para crear y mantener el valor de marca. Sin embargo, la publicidad no es el único factor que influye en el valor de marca. Los consumidores también forman sus propias opiniones sobre las marcas a través de sus propias experiencias, las opiniones de sus amigos y familiares, y la información que encuentran en línea.
Los consumidores actuales se destacan por su elevado nivel de conocimiento y una creciente exigencia en sus decisiones de compra. Este fenómeno se nutre de la accesibilidad a una amplia gama de información acerca de las marcas, lo que conlleva a que los individuos estén más inclinados a investigar de manera minuciosa antes de concretar una adquisición. En esta coyuntura, las empresas se ven compelidas a desplegar esfuerzos significativos en la construcción de un valor de marca sólido, que vaya más allá de las estrategias publicitarias tradicionales.
El concepto del valor de marca ha ganado un papel destacado como el principal influenciador en las decisiones de compra de los consumidores, superando incluso la presión publicitaria.
Este revelador hallazgo proviene de una reciente encuesta realizada por CivicScience donde se subraya la importancia de la confianza y el reconocimiento que una marca ha construido en la mente de los consumidores, sobre todo entre aquellos que tienen 55 años o más. Ante la saturación de productos, ofertas y anuncios, la marca se convierte en un faro que orienta las elecciones de compra de los adultos estadounidenses. La confianza de los consumidores en las marcas se ve reforzada aún más por los resultados de una encuesta llevada a cabo por Edelman en mayo de 2023. Esta encuesta demuestra que la forma más efectiva para que las marcas generen o aumenten la confianza es reconocer y corregir sus errores. Además, la transparencia en aspectos cruciales como el impacto medioambiental, la cadena de suministro y la diversidad de empleados, junto con la colaboración con el gobierno para establecer regulaciones, son otras estrategias que pueden contribuir a fortalecer la confianza de los consumidores.
El gráfico presentado por Insider Intelligence, ilustra cómo estos factores afectan las decisiones de compra de los adultos estadounidenses, segmentados por grupos de edad. A pesar de que la calidad del producto, el precio y la reputación de la marca siguen siendo los factores más importantes en general, se observan notables diferencias entre los adultos de 55 años o más y los más jóvenes. Los consumidores de mayor edad tienden a priorizar la confiabilidad del producto, su durabilidad y facilidad de uso, además de prestar más atención a la ética de la empresa y la sostenibilidad.
Estos descubrimientos son de suma importancia para las empresas que buscan adaptar sus estrategias de marketing y desarrollo de productos para satisfacer las necesidades y preferencias de sus clientes. Aquellas que logren atender las demandas específicas de los adultos mayores, destacando la calidad, confiabilidad, durabilidad y ética de sus productos, podrán obtener una ventaja competitiva en un mercado cada vez más diversificado.
Para profundizar un poco más, merece la pena el conocer algunas de las razones por las cuales el valor de marca prevalece sobre la publicidad como el factor primordial en las decisiones de compra por parte de los consumidores. El acceso a una abundante fuente de información ha desplazado la dependencia histórica de los consumidores en la publicidad para obtener información acerca de las marcas. Ahora, los individuos pueden acceder a datos y opiniones sobre las marcas provenientes de una variedad de fuentes, tales como reseñas en línea, plataformas de redes sociales y blogs. De igual forma, se aprecia una mayor exigencia por parte de los consumidores en la actualidad. La elevada información a la que tienen acceso les permite estar más conscientes de sus derechos y, en consecuencia, son más propensos a demandar productos y servicios que ofrezcan calidad, valor y una experiencia positiva al cliente.
Además, las marcas han adquirido un valor substancial para las empresas. Aquellas marcas que logran consolidar su posición en el mercado, han demostrado ser capaces de fomentar la lealtad del consumidor, incrementar sus ventas y potenciar su rentabilidad. En este contexto, la construcción de una marca fuerte se erige como un imperativo para las empresas que deseen mantenerse competitivas en un entorno caracterizado por consumidores informados y demandantes. Las empresas que desean que sus marcas sean exitosas deben centrarse en crear un valor de marca fuerte que vaya más allá de la publicidad. Esto significa proporcionar productos y servicios de alta calidad, ofrecer una experiencia del cliente positiva y comprometerse con los valores sociales.
