Por Redacción - 20 Noviembre 2023
De forma frecuente, las marcas y anunciantes se enfrentan a la elección entre dos estrategias aparentemente opuestas: la publicidad tradicional y el patrocinio de marcas. Ambas son herramientas eficaces, pero cada una tiene sus propias características, objetivos y consideraciones financieras. En este análisis, exploraremos en detalle las distintas facetas de estas estrategias para que las marcas tomen decisiones informadas.
La publicidad tradicional, arraigada en los medios convencionales como televisión, radio, prensa, publicidad exterior y correo directo, se centra en la transmisión de información directa sobre un producto o servicio. Los objetivos primordiales son ampliar el conocimiento de la marca, generar interés y, en última instancia, impulsar las ventas. El coste de esta forma de publicidad varía según el medio, el tamaño del anuncio y el alcance deseado.
La fortaleza de la publicidad tradicional radica en su capacidad para llegar a un público amplio y diverso. La exposición masiva a través de canales consolidados puede ser crucial para marcas que buscan establecerse en el mercado y captar la atención de consumidores potenciales. Sin embargo, su efectividad puede disminuir en un entorno saturado de anuncios, donde la atención del espectador es cada vez más fugaz.
Por otro lado, el patrocinio de marcas se enfoca en la creación de asociaciones entre la marca y diversas actividades, eventos o personas. Este enfoque busca elevar la notoriedad de la marca, asociándola con valores positivos o conectándola con un público objetivo específico. Los eventos deportivos, culturales, musicales, sociales o benéficos se convierten en plataformas estratégicas para este tipo de estrategia publicitaria. El coste del patrocinio de marcas es variable y depende del tamaño y la duración del patrocinio, así como de la popularidad del evento o actividad respaldados. Este enfoque ofrece a las marcas la oportunidad de asociarse con experiencias que resuenen con su audiencia, construyendo así una conexión emocional más profunda.
Comparar datos y cifras clave arroja luz sobre las diferencias fundamentales entre la publicidad tradicional y el patrocinio de marcas.
Según datos de la consultora Zenith Media, el gasto mundial en publicidad tradicional el pasado año 2022 alcanzó los 638.000 millones de dólares, un aumento del 10,4% respecto a 2021. Se espera que el gasto mundial en publicidad tradicional continúe creciendo en los próximos años, alcanzando los 700.000 millones de dólares este mismo año 2023 y los 760.000 millones de dólares en 2024.
Por otro lado, según datos de la consultora IEG, el gasto mundial en patrocinio de marcas el pasado año 2022 alcanzó los 60.000 millones de dólares, un aumento del 5,8% respecto al año anterior. Los deportes fueron el sector más importante para el patrocinio de marcas, con un gasto de 28.000 millones de dólares, seguido de la música, con 12.000 millones de dólares, y el entretenimiento, con 10.000 millones de dólares. También se espera que el gasto mundial en patrocinio de marcas continúe creciendo en los próximos años, alcanzando los 65.000 millones de dólares este mismo año y los 70.000 millones de dólares para 2024.
El patrocinio de marcas en los esports es una práctica cada vez más popular. Las marcas buscan asociarse con los esports para llegar a un público joven y apasionado. Los esports son una industria en auge. Se estima que en 2023, la audiencia global de los esports alcanzará los 532 millones de personas. La mayoría de los espectadores de esports son jóvenes, de entre 18 y 34 años. Este público es atractivo para las marcas, ya que se trata de una generación con un alto poder adquisitivo y una gran influencia en las redes sociales.
La elección entre publicidad tradicional y patrocinio de marcas implica considerar las diferentes maneras en que estas estrategias transmiten información y persiguen objetivos específicos. La publicidad tradicional se centra en la divulgación o promoción directa de detalles sobre un producto o servicio, buscando aumentar el conocimiento de la marca, generar interés y estimular las ventas. En contraste, el patrocinio de marcas se orienta hacia la creación de asociaciones, estableciendo vínculos entre la marca y diversas actividades, eventos o personas con el fin de aumentar la notoriedad, asociar la marca con valores positivos y llegar a un público objetivo específico.
En cuanto a los medios utilizados, la publicidad tradicional se despliega a través de canales consolidados como la televisión, la radio, la prensa, la publicidad exterior y el correo directo. Por el contrario, el patrocinio de marcas encuentra su espacio en eventos deportivos, culturales, musicales, sociales o benéficos, buscando aprovechar la conexión emocional que estos eventos pueden tener con la audiencia.
El aspecto financiero es también un punto crucial en esta comparación. En la publicidad tradicional, el costo varía según el medio seleccionado, el tamaño del anuncio y el alcance deseado. En el caso del patrocinio de marcas, el gasto se determina por el tamaño y la duración del patrocinio, así como por la popularidad del evento o actividad respaldados. En ambos casos, la inversión económica se convierte en un factor determinante en la efectividad y el alcance de la estrategia publicitaria.
La elección entre publicidad tradicional y patrocinio de marcas no es simplemente una cuestión de preferencia, sino más bien una decisión estratégica que debe alinearse con los objetivos específicos de la marca y las características de su audiencia. La publicidad tradicional destaca por su capacidad de llegar a masas, transmitiendo información de manera directa, mientras que el patrocinio de marcas busca construir relaciones emocionales profundas a través de asociaciones significativas.
La combinación equilibrada de ambas estrategias puede ser la clave para una campaña publicitaria exitosa, donde la información y la conexión emocional se entrelazan para alcanzar a una audiencia diversa y exigente. En última instancia, la elección entre publicidad tradicional y patrocinio de marcas debe basarse en las necesidades específicas de la marca y su audiencia objetivo. La publicidad tradicional destaca por su capacidad de llegar a grandes audiencias, mientras que el patrocinio de marcas permite una conexión más profunda y emocional con el público.
