Por Redacción - 19 Febrero 2024
En 1972, en el seno de Nutrexpa, la reconocida empresa española conocida por productos emblemáticos como Cola Cao y Nocilla, nació Phoskitos. Su visionario creador, José María Ventura, se propuso la tarea de ofrecer a los niños una merienda nutritiva y divertida. Sin embargo, no fue sino hasta la década de 1980 que Phoskitos experimentó un crecimiento exponencial que la consolidó como una de los productos de bollería favoritos de los niños españoles.
El nombre de Phoskitos se inspiró en el "Phoscao", un cacao en polvo adquirido por Nutrexpa. La forma en espiral del producto recuerda a un “brazo de gitano”, un postre tradicional español.
El éxito de Phoskitos durante esa época puede atribuirse a varios factores clave. La innovación desempeñó un papel crucial, destacando el cambio de la crema de vainilla a leche en 1985, una decisión que potenció el sabor y la textura, cautivando aún más a los paladares infantiles. La introducción de regalos coleccionables en cada paquete en 1983 fue otro golpe maestro como parte de su estrategia de Marketing, generando expectación y fidelizando a los consumidores con cromos, figuras y juegos que se convirtieron en objetos de deseo para los niños.
La marca ha alcanzado logros significativos a lo largo de los años. Ha vendido más de 10.000 millones de unidades en todo el mundo, con una fábrica en Barcelona que produce 40 millones de unidades al año.
A lo largo de los años, y de su historia, Phoskitos ha introducido diversas variantes que han experimentado distintos niveles de éxito al igual que su estrategia de marketing y publicidad que ha experimentado una evolución continua, adaptándose a las cambiantes tendencias y sucesivas generaciones. A pesar de esta transformación, algunos elementos esenciales han mantenido su constancia, contribuyendo al éxito sostenido de la marca.
Las campañas publicitarias de Phoskitos durante los años 80 fueron memorables, protagonizadas por personajes como "El Phoskito" y eslóganes pegajosos como "El bollo que se come en un periquete". En un contexto social de bonanza económica en España durante esa década, Phoskitos supo diferenciarse de la competencia gracias a su sabor único, la variedad de sus regalos y una estrategia de marketing efectiva.
Phoskitos se convirtió en más que una simple merienda; se convirtió en un símbolo de la infancia en los 80. Los niños intercambiaban cromos, jugaban con las figuras y disfrutaban de su sabor, generando un fuerte vínculo emocional que perdura hasta el día de hoy.
El éxito de Phoskitos en los 80 sentó las bases para su expansión internacional, llegando a países como Portugal, Francia, Italia y Latinoamérica. La nostalgia por la época dorada de Phoskitos sigue viva en la memoria de quienes crecieron en esa década.
Phoskitos no solo es un simple producto de bollería, sino un portal a la nostalgia. Su sabor, regalos y presencia en la vida cotidiana de los años 80 y 90 han creado un vínculo emocional con varias generaciones.
En los últimos años, Phoskitos ha incorporado la nostalgia como una herramienta estratégica de marketing. Reconociendo la conexión emocional que la marca tiene con las generaciones que crecieron con ella, Phoskitos ha utilizado la nostalgia para establecer un vínculo más profundo con su audiencia. Esta estrategia ha demostrado ser eficaz al evocar recuerdos positivos y crear una experiencia compartida entre las generaciones pasadas y presentes. La marca ha sabido aprovechar el poder de la nostalgia en sus campañas publicitarias, utilizando imágenes y referencias a la década de 1980 para conectar con las emociones de los consumidores. Su eslogan original, "El bollo que se come en un periquete", sigue resonando en la memoria de los consumidores.
Además, Phoskitos ha trascendido el ámbito de la bollería industrial para convertirse en parte de la cultura popular. Ha inspirado recetas de cocina, postres y otras creaciones culinarias. Además, la marca ha sido utilizada en memes, gifs y otras expresiones de cultura popular, consolidándose como un ícono cultural que ha dejado una huella duradera en la sociedad.
La relación entre Phoskitos y Filipinos resulta notable, ya que, a pesar de ser productos distintos, han compartido una conexión única a lo largo de su historia. El vínculo entre ambos se estableció en 1985, cuando los Filipinos se incorporaron a Phoskitos, sustituyendo la anterior cobertura blanca elaborada con azúcar. Esta modificación no solo fue un rotundo éxito entre los consumidores, sino que también se convirtió en la característica distintiva de Phoskitos que perdura en la actualidad. Asimismo, en algunas ediciones especiales de Phoskitos, se han incluido minis Filipinos como sorpresas dentro del paquete, fortaleciendo aún más la asociación entre ambas marcas en la experiencia del consumidor.
Es importante señalar que, aunque la relación entre Phoskitos y Filipinos no se ha formalizado como una estrategia de co-branding, la conexión entre ambas marcas ha sido beneficiosa para ambas. Phoskitos ha ganado un sabor y textura únicos gracias a la inclusión de Filipinos, mientras que Filipinos ha obtenido visibilidad y reconocimiento al convertirse en un ingrediente esencial de Phoskitos. Esta relación simbiótica ha contribuido al éxito continuo de ambas marcas en el mercado.
En la actualidad, Phoskitos sigue siendo una marca líder en el mercado, adaptándose a las nuevas generaciones mientras mantiene su esencia original. Con más de 100 kilómetros de Phoskitos producidos, la marca continúa siendo una fuente de alegría y nostalgia para aquellos que disfrutaron de su sabor durante su infancia, demostrando que Phoskitos es una parte indeleble de la memoria colectiva de varias generaciones.