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Vicks VapoRub: Cómo un ungüento casero terminó convirtiéndose en el producto estrella de una marca global

Hoy, Vicks está presente en más de 70 países y continúa posicionándose como sinónimo de alivio respiratorio.

Por Redacción - 1 Abril 2025

A finales del siglo XIX, los resfriados eran más que una molestia estacional: podían ser debilitantes e incluso mortales. En este contexto, un farmacéutico llamado Lunsford Richardson, de Greensboro, Carolina del Norte, empezó a experimentar con remedios caseros para aliviar los síntomas respiratorios comunes. En 1894, desarrolló una pomada a base de mentol, alcanfor y aceite de eucalipto que aplicaba sobre el pecho para ayudar a liberar las vías respiratorias. Lo llamó inicialmente “Vick’s Magic Croup Salve”, en honor a su cuñado, el Dr. Joshua Vick, cuyo nombre ya gozaba de cierto prestigio médico local.

Un rebranding oportuno y una pandemia como catalizador

En 1911, el hijo de Lunsford, Smith Richardson, tomó las riendas del negocio familiar y decidió rebrandear el producto con un nombre más moderno y directo: VapoRub. Lo envasó en pequeños frascos azules y comenzó a comercializarlo más allá de Carolina del Norte. Pero el verdadero punto de inflexión llegó con la pandemia de gripe de 1918, que mató a millones en todo el mundo. La demanda de Vicks VapoRub se disparó exponencialmente, pasando de vender unas 900.000 unidades en 1918 a más de 2 millones en 1919.

De remedio regional a imperio farmacéutico

El impacto comercial de VapoRub fue tan significativo que sirvió como trampolín para una expansión estratégica del negocio familiar. La empresa, originalmente conocida como Lunsford Richardson Company, evolucionó hasta convertirse en Richardson-Vicks Inc., reflejando la creciente diversificación de su portafolio y su ambición de consolidarse como líder en el mercado del cuidado respiratorio.

Durante el siglo XX, la marca no se conformó con el éxito del bálsamo. Apostó por ampliar su línea de productos con el mismo enfoque: aliviar síntomas comunes de resfriados y gripes de forma accesible y efectiva. Así nacieron otros productos emblemáticos como los jarabes para la tos Vicks Formula 44, los inhaladores nasales, las pastillas mentoladas y los vaporizadores, todos bajo el paraguas de una marca que ya se había ganado la confianza de millones de consumidores.

Su fórmula ha cambiado muy poco en más de un siglo, lo cual es inusual para un producto tan longevo. La base sigue siendo mentol, eucalipto y alcanfor, una mezcla que ha resistido la prueba del tiempo tanto en eficacia como en preferencia de los consumidores.

El siguiente gran hito llegó en 1985, cuando Procter & Gamble —uno de los gigantes mundiales del consumo masivo— adquirió Richardson-Vicks Inc. Esta adquisición no solo amplió el alcance de la marca, sino que también permitió aprovechar las capacidades de distribución, innovación y marketing global de P&G. A partir de ese momento, Vicks dio un salto definitivo hacia la internacionalización.

La historia de Vicks y VapoRub en la industria de la publicidad y el marketing es un caso de estudio en cómo posicionar un producto de salud como un ícono cultural, combinando narrativas emocionales, confianza generacional y adaptación constante al consumidor moderno.

Desde sus inicios, Vicks ha construido su estrategia de marketing sobre una base sólida: la confianza

En un mercado tan especial y delicado como el del cuidado de la salud, especialmente cuando se trata de productos de uso familiar, la marca entendió muy pronto que vender alivio físico no era suficiente; había que conectar emocionalmente. Por eso, las campañas publicitarias de VapoRub han girado durante décadas en torno a una imagen profundamente humana: el acto de cuidar. Ya sea una madre que aplica el ungüento sobre el pecho de su hijo enfermo o una abuela que repite un ritual aprendido años atrás, la marca se ha vinculado con momentos íntimos y afectivos del entorno familiar.

Uno de los grandes logros de Vicks ha sido convertir a VapoRub en parte de la memoria colectiva. La marca no solo vendió un producto eficaz, sino también una historia que se transmite entre generaciones. En muchos hogares del mundo, el frasco azul no es solo un medicamento, sino un símbolo de cuidado que evoca recuerdos, olores y sensaciones. Esta narrativa intergeneracional ha sido especialmente poderosa en mercados como India, México o Filipinas, donde el peso cultural de la familia es un componente clave del consumo.

A pesar de ser una marca centenaria, Vicks ha demostrado una notable capacidad de adaptación al lenguaje del marketing contemporáneo. Un ejemplo brillante de esta evolución fue la campaña digital #TouchOfCare, lanzada en India, que abordó temas sociales como la adopción, la diversidad y la inclusión a través de historias humanas profundamente emotivas.

Esta campaña trascendió el ámbito comercial para posicionarse como contenido con propósito, ganando múltiples premios internacionales y demostrando que una marca puede mantenerse fiel a sus valores y al mismo tiempo evolucionar en sus formas de comunicar.

Un frasco azul con tapa verde

Otro de los pilares del éxito de VapoRub ha sido la coherencia visual. El frasco azul con tapa verde, el nombre en letras blancas y el diseño limpio han mantenido una identidad sólida y fácilmente reconocible en todo el mundo.

Este enfoque coherente ha reforzado el posicionamiento de la marca en los puntos de venta, donde la familiaridad juega un papel crucial en la decisión de compra, sobre todo en momentos de urgencia como una gripe o un resfriado.

Su función en el mundo del deporte y el fútbol profesional que ha fortalecido su imagen

​En el mundo del fútbol profesional, es común que los jugadores adopten diversas prácticas para optimizar su rendimiento en el campo. Una de las más llamativas es el uso de Vicks VapoRub por parte de los futbolistas del Real Madrid. Durante los partidos, se ha observado cómo algunos jugadores se aplican este ungüento en el pecho o lo inhalan desde sus camisetas, buscando una sensación de respiración más libre y una mejora en su desempeño físico.

El uso de VapoRub en el fútbol de élite no es una práctica nueva. Se remonta a principios de los años 2000, cuando jugadores como Patrick Vieira del Arsenal comenzaron a utilizarlo antes de los partidos. Esta costumbre se ha mantenido y ha sido adoptada por equipos de alto nivel como el Real Madrid. Los futbolistas aplican el ungüento en el pecho o en la camiseta, buscando mantener la sensación de vías respiratorias despejadas durante el juego.

Hoy, Vicks está presente en más de 70 países y continúa posicionándose como sinónimo de alivio respiratorio. Ya sea en forma de un clásico frasco azul de VapoRub o de soluciones más modernas como sprays nasales y tiras descongestionantes, la marca mantiene su promesa: llevar alivio y bienestar a los hogares de todo el mundo. Su historia demuestra cómo una solución simple pero efectiva, nacida en una pequeña farmacia, puede transformarse en un fenómeno mundial cuando se combina con buen branding, visión empresarial y —sí— una gran dosis de necesidad histórica. En tiempos de incertidumbre, Vicks ofreció algo más que alivio físico: ofreció consuelo.

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