
Amor y odio, la relación tóxica que existe entre nuestra sociedad y las grandes crisis. ¿Realmente odiamos tanto los períodos más críticos de nuestra historia? Shakespeare escribió en Macbeth: "Si las masas pueden amar sin saber por qué, también pueden odiar sin mayor fundamento".
Dejando a un lado el bombardeo mediático y gubernamental, la memoria histórica no deja lugar a duda, las crisis han sido y continúan siendo una constante. Un concepto a priori de connotación negativa que, con el tiempo y sin darnos cuenta, se ha convertido en nuestra mejor excusa.
La razón es sencilla, estas situaciones se definen por tres palabras clave: indecisión, incertidumbre e inseguridad. Una triada apocalíptica que, como sociedad, nos hace sentir confundidos y desorientados.
Y no solo hablamos de sociedad, muchas empresas y marcas navegan a la deriva, recortando sus gastos, reduciendo los precios y posponiendo nuevas inversiones.
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