Por Redacción - 30 Septiembre 2020
IBM ha llevado a cabo -a través del Institute for Business Value (IBV) de IBM una encuesta a 3.800 directivos de todo el mundo para conocer sus opiniones sobre la evolución de sus negocios con la coyuntura COVID. Además, también ha encuestado a 14.500 ciudadanos de varios países (2.000 en España) para conocer cómo los encuestados perciben el impacto de la pandemia en diferentes aspectos de su vida (economía, trabajo, movilidad, compras, etc.).
La pandemia ha conducido a la gran mayoría de las organizaciones a acelerar sus procesos de transformación digital. Algunas de las barreras que los directivos percibían para acelerarla han caído y, sin embargo, han surgido otras nuevas. Los directivos encuestados ya no ven en la inmadurez de la tecnología o en la gestión del cambio en las plantillas sus principales obstáculos. Al contrario, ahora consideran que las principales barreras son la complejidad de las organizaciones, la formación inadecuada de las plantillas, así como su estado emocional.
En el caso de España, es destacable que sea el país con el mayor número de directivos (un 68%) que afirma que en los próximos dos años priorizará la transformación digital de sus organizaciones. En concreto, un 82% afirma que en dos años va a convertir la computación en la nube en una prioridad -frente al 68% actual- y un 66% la Inteligencia Artificial -frente al 40% actual-. Los ejecutivos españoles prevén que en los próximos dos años aplicarán tecnologías de automatización sobre todas las funciones del negocio, pero especialmente en compras, riesgos, cadena de suministro e I+D.
La ciberseguridad ha emergido como un área muy relevante. Los ataques de phising se multiplicaron desde el comienzo de la pandemia un 6.000% en todo el mundo, según datos de IBM X Force. Los ciberdelincuentes han aprovechado las vulnerabilidades que se derivan del teletrabajo para atacar a las empresas y estas, según la encuesta, han señalado que la ciberseguridad ha pasado a ser una prioridad, especialmente, en industrias como los servicios financieros, tecnología y telecomunicaciones. El 83% de los directivos españoles que participaron en la encuesta así lo afirmaron.
Impacto en la salud mental
Las encuestas desvelan que el impacto de COVID 19 en nuestra sociedad no solo ha sido físico y económico. La pandemia y las acciones que han tenido que emprender las organizaciones y gobiernos han tenido un serio efecto en la salud mental de las personas. La encuesta a ciudadanos desvela que un 47% de los participantes españoles afirma que su salud mental se ha visto afectada.
Es fundamental que todos aquellos con responsabilidades tanto en el ámbito público como privado comprendan el impacto que la pandemia está teniendo en la salud mental de las personas a medida que vayan reabriendo negocios y organizando la vuelta a la oficina, así como otras iniciativas que afecten a empleados, clientes y ciudadanos/contribuyentes. En ese sentido, las organizaciones españolas preguntadas afirman en un 78% que están proporcionando un soporte físico y mental a sus empleados.
Los encuestados también han mostrado preocupación por la continuidad de sus trabajos, la situación económica y por las condiciones de su vuelta a las oficinas. Respecto a la continuidad de sus empleos, a nivel mundial un 61% ha mostrado su preocupación -un 67% en el caso de España-. En cuanto a la situación económica, solamente un 14% a nivel mundial (5% en España) cree que habrá recuperación económica en los próximos meses. En este contexto, el 78% de los ejecutivos españoles considera que está ayudando a los empleados de sus empresas a adquirir las competencias que necesitan para abordar nuevas maneras de trabajar.
El teletrabajo llega para quedarse
Por otro lado, cuando se les pregunta por su preferencia en cuanto al ambiente futuro de trabajo: en casa exclusivamente, en casa ocasionalmente, teletrabajo exclusivamente o teletrabajo ocasionalmente, hay más encuestados que prefieren teletrabajar exclusivamente (un 24%) o teletrabajar con ocasionales visitas a la oficina (un 28%) que ir a la oficina de forma permanente (un 14%) o ir casi permanentemente teletrabajando unos pocos días (un 23%). Pues bien, la razón que los encuestados más repiten como determinante de sus preferencias es la salud mental.
Los empleadores también ven en el teletrabajo una opción cada vez más viable. El 72% de los directivos afirma que dentro de dos años será una fórmula establecida en sus organizaciones y calculan que el 24% de los empleados podrán acogerse al teletrabajo.
Volver a la oficina de forma segura es algo que también preocupa a los encuestados. Cuando se les pregunta sobre qué medidas deberían ponerse en marcha con el objetivo de volver con normalidad a su entorno de trabajo en la oficina, la mayoría responde que creen muy firmemente que las empresas deberían emprender una variada serie de medidas para protegerles de la exposición al virus, así como proporcionarles flexibilidad para asegurar su salud mental y bien estar. Esta necesidad de protección, como es lógico, se ha multiplicado desde el inicio de la pandemia. En 2018, solo el 2% de los directivos españoles consideraba prioritario la seguridad y protección del entorno de trabajo. Hoy ese porcentaje se eleva al 21% y en dos años llegará al 64%.
Una gran mayoría de los trabajadores cree que deben elaborarse protocolos de comunicación muy claros para dar a conocer las medidas que se han puesto en marcha para que las oficinas sean seguras. También reclaman tests, distancia social y programas para mejorar la salud mental. La mayoría también cree que los empleadores deberían notificar claramente qué medidas se van a tomar en caso de que haya algún contagio e incluso seguir pagando a aquellas personas que dejen de trabajar al enfermar o muestren síntomas de la enfermedad.
Las organizaciones también han pasado a considerar una prioridad que sus empleados trabajen en un entorno seguro. Actualmente, un 78% de los directivos españoles encuestados piensa que sus organizaciones están proporcionando el apoyo físico y emocional necesario a sus plantillas, un 66% afirma que están comunicando claramente lo que está sucediendo en sus organizaciones y cómo está impactando a los empleados y un 88% opina que están proporcionando instrucciones claras sobre cómo la organización va a trabajar durante este periodo. Sin embargo, solo un 53% afirma que ha proporcionado un sistema de captación de información procedente de los empleados sobre problemas y posibles soluciones.