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Políticos y redes sociales. 10 consejos para 'no perder' votos

Escritor y economista. Autor de los ensayos El libro de...

A nadie se le escapa la importancia que adquieren las redes sociales en la visibilidad de cualquier político que se precie. Ellos, cómo no, quieren mostrarse más cercanos que nunca y por eso recurren a las redes sociales, ese universo digital donde la gente charla animadamente, opina de lo divino y de lo humano; ese ágora en el que uno expresa sin pudor sentimientos, anhelos o deseos.

También, tengámoslo en cuenta, un espacio destinado a influir en las ideas de los ciudadanos, llámense también votantes. Una buena estrategia de marketing personal pasa inevitablemente por la presencia del político en Facebook y Twitter. Algunos dirigentes, incluso, desean dejar constancia de sus opiniones y críticas de una manera más formal y se atreven con un blog. En todos estos casos, y a fin de evitar el ridículo o (no sé si peor) pasar desapercibidos, conviene contar con la participación de un profesional de la comunicación. Ojo, no solo me refiero al “clásico” amigo o militante de partido que sabe cómo se sube un video al muro o se vincula una noticia al “tuit”.

Es preciso apoyarse en un gestor de redes sociales especializado en política, alguien capaz de trabajar para que los mensajes sean sencillos, precisos, claros e interesantes (que ya es muchísimo). Y todo ello sin que el protagonista pierda el contacto con la red. O sea, ¡que no te suplanten, por favor, que se nota mucho! Ah, y cuidado con trabajar con un periodista de la “antigua escuela”, esos que, habituados a redactar notas de prensa, trasladan esa misma técnica al ámbito de las redes sociales, como si de un fax se tratara.

He aquí algunas de las claves para no fracasar en el mundo político digital.

  • Sé auténtico. Muéstrate tal como eres y manifiesta tus opiniones sobre asuntos que se alejan de la política, por ejemplo, el cine, los libros, los viajes, el deporte (sin fanatismos), los amigos…
  • No nos agobies con información institucional. En la mayoría de los casos, a casi nadie le interesa que hayas acudido a una entrega de trofeos o a un pregón de fiestas de barrio.
  • Intenta responder a los que te siguen. Ser cercano significa interesarte por los que se interesan por ti.
  • No te expreses en caliente, que no estás en un entorno privado. Recuerda la metedura de pata de esa diputada que escribió en su Twiter: Habéis visto un tío más feo que Ribery Y tuvo que apresurarse a pedir disculpas, uno a uno, a los usuarios que le pedían disculpas. Lo suyo sí que era bien feo.
  • Deja de adular a tus jefes, líderes, alcaldes, secretarios de Estado, consejeros, ministros o presidentes del Gobierno. Ser pelotas está muy mal visto y, además, resulta irritante.
  • No te sulfures con la crítica hacia al adversario. Ya sabemos que si el partido “A” dice naranjas, tú, del “B”, dirás limones. Convence y vencerás.
  • Sé constante en tu presencia en la red. Eso de mantener una actividad vertiginosa y, al poco tiempo, olvidarte de que existen los ordenadores, las tablet y los smartpohne dice muy poco de ti.
  • No seas pesado. Además de las redes sociales, hay otras muchas actividades en que emplear tu tiempo. De lo contrario, te convertirás en un analfabeto digital.
  • Responde con cortesía y detalle a los que te critican. Va en tu sueldo.
  • Crea debates y foros de opinión. Expresarte tú, solo tú, como si hablaras ex catedra es de muy mal gusto. Fomenta la participación.

Y como corolario de todo lo anterior: pregúntate si tienes algo que decir. Si no es así, cierra tu aplicación y vuelve cuando la respuesta sea positiva.

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