Actualmente, 1,200+ millones de personas tienen acceso a diversas plataformas de redes sociales como Okurt, Tuenti, Twitter, Facebook o VKontakte. Según la última medición realizada por la firma de analítica web ComScore, de todo el tiempo invertido en las principales actividades y servicios de Internet (navegación, compras en línea, comunicaciones y plataformas de interacción social) 6.7 billones de horas al mes se dedican exclusivamente a redes sociales. Tomando esto en consideración, pudiésemos intuir que a nivel global, se invierten unas 18.6 horas per cápita en medios de interacción social —lo que es virtualmente todo el día. A pesar de que muchos pudiesen hacerse la pregunta de si esto puede ser posible, la reducción de la brecha digital, el aumento de la penetración de Internet, y sobre todo, el incremento de la telefonía móvil, son factores que hacen de las redes sociales, la nueva, recurrente y común vía de socialización de los usuarios de la Web. Investigaciones sobre dependencia al uso de las redes sociales Iniciamos con Cecilie Schou Andreassen, quien dirigió el proyecto de investigación denominado “The Facebook Addiction” de la Universidad de Bergen (UiB), como una subdivisión de las diversas adicciones a Internet. El Estudio dió a conocer que los adolescentes y jóvenes tienen más probabilidad que los adultos, en desarrollar dependencia a Facebook. Además, que las personas organizadas y ambiciosas, corren menor riesgo en sufrir dependencia a las redes sociales, sino que utilizan las mismas, como parte integral de su trabajo o para hacer networking. Conjuntamente, la investigación indicó, que las mujeres se muestran más vulnerables a dicha adicción. En sentido general, aquellas personas que obtuvieron un alto puntaje en el estudio, mostraron marcadas tendencias de ritmo alterado del sueño. Al mismo tiempo, un estudio realizado por un grupo de científicos del prestigioso MIT (Massachusetts Institute of Technology) y de la Universidad de Milán, indicó que las redes sociales –más específicamente Facebook y Twitter— son potencialmente más adictivas que el cigarrillo y el alcohol. En la investigación que fue realizada junto a dos prestigiosos laboratorios, encontraron que las personas que utilizan Facebook, tienen reacciones físicas similares a las de los músicos, cuando ejecutan su instrumento, o similares a las personas están involucradas en cualquier tipo de actividad creativa. Aunque la gente siempre bromea con cliché de mencionar los Estudios en Harvard, debo incluir, que la Universidad de Harvard, ha dirigido estudios en los que demuestra, que la actividad de compartir información personal a través de las redes sociales, aumenta la presión cerebral. El estudio indicó, que hasta el 80% de lo que publicamos en los medios de interacción social, pudiese estar relacionado con asuntos sobre nuestra vida personal. La razón por la que las personas hacen esto, es con la expectativa de recibir alguna gratificación física o emocional. Por lo que, uno de los elementos más interesantes de esta investigación, fue descubrir como el solo hecho de compartir información en las redes sociales, otorga un placer muy similar –y a veces mayor— al que produce recibir dinero. La Universidad de Maryland hizo una investigación con usuarios de redes sociales e Internet de 37 países distintos, donde se les solicitó pasar 24 horas sin Internet. El 20% de estos, presentó síntomas compatibles con algunos tipos de adicción tales como gran ansiedad, desesperación y vacío emocional. Este estudio fue muy consistente con uno realizado sobre la adicción a los teléfonos celulares por parte de la firma TeleNav en donde las personas preferían dejar de tomar café, coca-cola, alcohol o cualquier otra cosa durante 7 días y no dejar de utilizar su teléfono móvil. Luego de haber evaluado con algo de detenimiento algunas de estas investigaciones, podríamos preguntarnos si globalmente, nuestro mundo se dirige hacia una sociedad enferma, y que potencialmente tiende a ser dependiente de las redes sociales. O si además, existe algún peligro en lo relativo a que tantas personas, pasen tanto tiempo formando parte de esta gran revolución cultural y digital. La preocupación viene por el hecho de que en la misma forma en cómo las redes sociales son muy eficientes para el libre intercambio de diversas ideas, también es cierto que las mismas, acentúan diversos trastornos de personalidad. Si los usuarios de las redes sociales están invirtiendo tanto tiempo en estas, ¿Estamos frente a alguna patología de orden colectivo y global? En la medida que las redes sociales han cambiado la forma en cómo las personas se relacionan, estas actitudes o comportamientos —no adecuados— se extrapolan y se transportan hacia esta nueva forma de socialización. La razón fundamental por la que pienso que las redes sociales son adictivas, es porque “tú mismo”, eres el centro de la experiencia, que quieres pasar más tiempo en el “spotlight” –siendo el foco de la atención—y recibiendo la respuesta instantánea y retroalimentación de una comunidad que te brinda el espacio para tener tus veinte-y-cuatro horas de fama cada día. Si la experiencia es tan gratificante como ninguna otra, pudieses fácilmente quedar atrapado en esa burbuja de dependencia. Métodos científicos e instrumentos para determinar adicción o dependencia a las redes sociales e Internet El IAT o “Internet Addiction Test” –Prueba de Adicción a Internet—es el primer instrumento validado para medir la adicción a Internet. El mismo fue desarrollado por el Dr. Kimberly Young y consiste en la aplicación de un cuestionario de 20 ítems que abarcan con gran precisión todas las áreas claves y características de un uso patológico de la Web. Muchos de ítems hacen referencia a si te lo molestas cuando alguien te interrumpe mientras estas conectado, o si prefieres permanecer conectado a Internet en vez de salir a divertirte con tus amigos. Si sientes tensión o preocupación mientras te encuentras desconectado o si piensas que pasas más tiempo conectado a Internet del que realmente habías planificado, son algunas de las preguntas que utiliza el IAT con escalas de medición de 1 a 5 –donde 5 representa el valor máximo. Por otra parte, se utilizan muchísimas pruebas para medir el impacto físico, cerebral y emocional de un usuario de Internet o redes sociales que van desde el volumen de la presión sanguínea y hasta el uso de diversos instrumentos médicos que pueden variar según los objetivos de la investigación. El uso de diversos instrumentos y métodos tienen el propósito fundamental de buscar patrones o diferencias significativas entre el uso de las redes sociales, y el desarrollo de cualquier otro tipo de actividad. ¿Cuál es el impacto de este tipo de adicción?
Ser adicto a Internet –en el sentido más amplio— a las redes sociales tiene un impacto funesto y negativo. Muchas empresas prohíben el uso de las redes sociales en la oficina porque estas interfieren en la productividad. En el Reino Unido, el 44% de los empleados admite que el uso de las plataformas de redes sociales como Twitter y Facebook ha afectado drásticamente su rendimiento en el trabajo. Sin embargo, solo el 6% de la fuerza laboral, ha dejado de utilizarlas en horario laboral, según muestra el estudio de Kelly Global Workforce Index. Sin embargo, aun no hemos entrado al plano de la adicción –esto es solo usabilidad. No obstante, ¿Eres capaz de imaginar como una creciente dependencia de las redes sociales afectarían todos los intereses productivos de nuestra sociedad? No basta con que tu jefe haga una llamada al System Manager de la empresa y le ordene que bloquee todos los portales de redes sociales. Cada empleado tiene un Smartphone con 2 o 3 redes sociales, con las que puede pasarse todo el día interactuando intermitentemente, entre sorbos de café, llamadas telefónicas y pantallazos en el computador. Como si todo fuera poco, un estudio realizado por Information Overload Research Group (IORG) y publicado por el New York Times, reflejó como en los Estados Unidos, se producen perdidas –atribuidas a interrupciones en la productividad— ascendentes a mas de $650 USD billones de dólares al año, solo por el uso de redes sociales en el espacio de trabajo. Conclusión La adicción a las redes sociales no está necesariamente ligada “al factor tiempo”, más sin embargo, esta si se vincula, a la actitud que tengan los usuarios frente a las mismas. A pesar de que el mensaje que comunicamos a través de los medios de interacción social, no ha sido un elemento que hemos considerado. Su naturaleza, incidencia y el uso de cierta categoría de mensaje, pudiese llevarnos a fanatizarnos de tal manera, que veamos en Facebook, Google+, Twitter y demás, el canal propicio para nuestro desahogo. No podemos sacrificar nuestra inserción en las distintas formas de globalización, ya que las redes sociales son parte de ella. Sin embargo, protejamos nuestras sagradas emociones, nuestra salud y la capacidad natural de ser entes bienestar y bien común.