Por Redacción - 16 Diciembre 2022
Durante los años de la pandemia, TikTok fue el inesperado gran ganador. La red social había arrancado unos años atrás como Musical.ly, una app para hacer playback de canciones que, ya entonces, protagonizaba análisis sobre el elevado tirón que tenía entre los adolescentes. Musical.ly, la primera y original, había sido comprada por los dueños de la que ahora se conoce como TikTok, que fue su evolución. Durante los confinamientos por el coronavirus, TikTok se convirtió en la alternativa divertida a lo que estaba pasando y sus tiempos de uso se dispararon. Pero, mientras ella crecía, ¿qué pasaba con las demás redes sociales?
Lo cierto es que las cosas no se han mantenido sin cambios para las grandes redes sociales. Las crisis de Facebook y Twitter de los últimos meses están cambiando las cosas en social media marketing, pero también se puede ver una evolución en cómo han caído las cifras de uso de algunas de las redes clásicas. Facebook ha ido perdiendo encanto en esta última década e Instagram empieza a ver cómo el tirón de TikTok le pasa factura: intentar copiar a esa red social no les está saliendo a cuenta.
Pero, además, las voces críticas contra las redes sociales y lo que suponen se han convertido en una suerte de elemento común. El problema para estas compañías está en que ahora son también los propios adolescentes y jóvenes adultos, quienes eran su fuente de entregados usuarios, quienes protagonizan esa revisión crítica de las cosas.
Un estudio reciente de Mintel, basado en una muestra canadiense, apunta que casi la mitad de la Generación Z cree que las redes sociales impactan de manera negativa en su salud mental, a pesar de que los social media son uno de sus principales destino de entretenimiento (el 54% reconoce que pasa más tiempo viendo contenidos en redes sociales que viendo la tele o películas).
Además, y como señalaba un estudio de Warc de hace unas semanas, aunque las redes sociales siguen siendo el destino favorito de los Z, el tiempo de uso canibaliza a otras plataformas: es decir, cada vez que una red social se pone de moda no suben tiempo a su cómputo final, sino que lo descuentan de las plataformas que ya usan.
Esto podría cambiar el perfil de las redes sociales, porque los consumidores empiezan a tener expectativas diferentes. ¿Cómo serán entonces los social media del mañana?
Frente a las redes sociales de siempre, las que se habían asentado como una pieza básica de la estrategia de social media marketing y de la experiencia de uso de los internautas, han emergido en estos últimos años otro tipo de redes que buscan una diferenciación apostando por algo completamente distinto en lo que uso y expectativas se refiere.
Como apuntan en un análisis de Deusto Formación, ahora se apuesta por la frescura, por la inmediatez y por los contenidos muy digeribles y rápidos. “Estas nuevas plataformas han conseguido conectar totalmente con un target muy joven, amenazando seriamente el liderato del tridente formado por Twitter, Facebook e Instagram”, explica en una nota de prensa Juanjo María Tarrasón, profesor en el centro. “Estas nuevas plataformas, que han irrumpido con fuerza en el ecosistema social media, apuestan por enamorar al público adolescente y eso les puede generar un gran futuro comercial”, añade.
Y, aunque determinar quién ganará de verdad la batalla por el dominio del mercado es todavía algo complicado, sí se pueden identificar tendencias. El momento de gloria de BeReal se entiende por esta obsesión con lo cercano y con las cosas reales, con no ofrecer en los social media el mundo de cartón piedra de Instagram. Incluso si BeReal no se convierte en la gran red social del mañana, su esencia sí impactará en el resto de redes. Instagram ya está probando, de hecho, un clone de la propia app, una función para sus perfiles que se llamará Candid Stories. Las filtraciones a los medios estadounidenses apuntan que las pruebas con usuarios reales arrancarán en breve.
