Por Redacción - 31 Julio 2023
El fenómeno de las redes sociales y su creciente adicción han sido objeto de estudio y preocupación para expertos en salud mental en los últimos años. En este sentido, la psiquiatra y directora de Medicina de Adicción en la Universidad de Stanford, Anna Lembke, pone de relieve como empresas como Twitter han recurrido a neurocientíficos para desarrollar técnicas destinadas a mantener a las personas enganchadas a sus pantallas. Esto se debe a que Silicon Valley se dio cuenta en la década de 2000 de que aplicar trucos y estrategias de la psicología social podía hacer que estas aplicaciones fueran aún más adictivas.
Un elemento clave en este enganche es la generación de recompensas impredecibles.
Las notificaciones, los 'likes' y otros elementos del diseño digital proporcionan gratificaciones inciertas, lo que lleva a los usuarios a revisar repetidamente sus redes sociales en busca de esa sensación de satisfacción. Los 'likes', en particular, han demostrado ser equivalentes a recompensas sociales o incluso al refuerzo del dinero. Estas interacciones en las redes sociales activan regiones del cerebro asociadas con la adicción a sustancias ilegales, lo que lleva a los usuarios a desear más y más de esa estimulación.
Diferentes estudios de universidades como la de Pittsburgh, Marylan o Chicago, encontraron que hasta el 30% de los usuarios de redes sociales en todo el mundo son adictos a las redes sociales.
Estas plataformas activan sustancias químicas en el cerebro, desencadenando una serie de recompensas que generan un deseo intenso de continuar interactuando en ellas. Sorprendentemente, las mismas regiones cerebrales asociadas con la adicción a sustancias ilegales son estimuladas durante el uso de las redes sociales.
Mitch Prinstein, director científico de la Asociación Americana de Psicología, destaca que las investigaciones han revelado cómo las redes sociales, con su enfoque en 'me gusta' cuantificados y notificaciones frecuentes, están estrechamente vinculadas con la activación de áreas específicas del cerebro. Estas áreas están involucradas en la sensación de placer y gratificación, lo que lleva a que no solo disfrutemos de las interacciones en las redes sociales, sino también a anhelar biológicamente más de ellas.
La idea de que las redes sociales pueden estimular los mismos circuitos cerebrales asociados con las adicciones a sustancias ha planteado preocupaciones sobre el impacto a largo plazo en la salud mental de los usuarios. La búsqueda constante de 'me gusta', notificaciones y otros estímulos gratificantes podría llevar a una dependencia cada vez mayor, similar a cómo se desarrollan las adicciones químicas.
Muchas notificaciones están diseñadas para mantener el suspenso y no revelar completamente el contenido hasta que el usuario haga clic. Además, las reproducciones automáticas de videos y las constantes notificaciones mantienen a los usuarios interactuando y explorando la plataforma durante más tiempo. Los algoritmos utilizan los datos de los usuarios para ofrecerles contenido que les resulte interesante, lo que aumenta aún más el atractivo de las redes sociales.
Un estudio de la Universidad de Pennsylvania encontró que los usuarios de las redes sociales que recibieron notificaciones de sus amigos tenían más probabilidades de volver a la plataforma en un plazo de 10 minutos.
Para los millennials y la Generación Z, las redes sociales han transformado la forma en que se comunican y relacionan con los demás.
Estas plataformas se han convertido en la base de sus relaciones, y el contacto cara a cara se ha reemplazado en gran medida por interacciones en línea. La conexión humana es fundamental para la supervivencia, y las redes sociales explotan esta necesidad liberando hormonas del amor, como la oxitocina, que generan sensaciones de bienestar en los usuarios.
La adicción a las redes sociales se ha asociado con una serie de problemas de salud mental, incluyendo la ansiedad, la depresión, la soledad y el aislamiento social.
Los síntomas de la adicción a las redes sociales incluyen: la incapacidad de controlarse el uso de las redes sociales, la necesidad de usar las redes sociales para sentirse bien, la ansiedad o la depresión cuando no se puede usar las redes sociales, y el uso de las redes sociales para escapar de los problemas de la vida real.
La adicción a las redes sociales ha sido comparada con la adicción a sustancias como la cocaína y el alcohol, y su impacto en la salud mental, especialmente en los jóvenes, es motivo de preocupación. Aunque algunos países han advertido sobre los riesgos y efectos perjudiciales de un uso excesivo de las redes sociales, aún no existen leyes específicas para controlar su consumo.
Los expertos sugieren que tanto los padres como los propios usuarios deben asumir la responsabilidad de regular el uso de las redes sociales. Realizar "ayunos" de dopamina eliminando temporalmente las aplicaciones más adictivas puede ayudar a restablecer las vías de recompensa en el cerebro y reducir la dependencia. Es importante encontrar un equilibrio entre el uso de la tecnología y las interacciones cara a cara para mantener una salud mental equilibrada.
En el competitivo mundo del marketing y la publicidad, las redes sociales han demostrado ser un recurso invaluable para las marcas. Con millones de personas conectadas en plataformas como Facebook, Instagram, Twitter y otras, las empresas han encontrado un territorio fértil para promocionar sus productos y servicios de manera efectiva. Sin embargo, lo que quizás no se reconozca ampliamente es cómo estas marcas se valen de la adicción inherente de las redes sociales para alcanzar sus objetivos comerciales.
Por supuesto que las marcas saben que las redes sociales son adictivas y de hecho, las utilizan a su favor para llegar a más clientes y aumentar las ventas. Las redes sociales son un gran medio para conectarse con las personas y compartir información, pero también pueden ser muy adictivas. Las marcas utilizan una variedad de técnicas para hacer que sus usuarios pasen más tiempo en sus plataformas, como notificaciones, contenido atractivo y publicidad dirigida. Esto puede tener un impacto negativo en la salud mental de las personas, ya que puede conducir a la adicción, la ansiedad y la depresión.
Las técnicas utilizadas por las marcas para mantener a los usuarios enganchados son hábilmente diseñadas y cuidadosamente implementadas. Y es por ello que las redes sociales se han convertido en un arma de doble filo para las marcas: por un lado, ofrecen un canal altamente efectivo para llegar a clientes potenciales y aumentar las ventas; por otro, plantean preocupaciones sobre el impacto en la salud mental de los usuarios debido a su carácter adictivo.
