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Los usuarios vuelven a Twitter tras cansarse de las redes sociales de moda

¿Por qué acabamos dejando las redes sociales de moda para volver "a las de siempre"?

Por Redacción - 7 Julio 2016

Una de las noticias de la semana en lo que a redes sociales respecta es que Snapchat ha dejado de ser cool, o que al menos ha empezado el camino para serlo. Ha entrado en el principio de la cuesta debajo de lo que es "ser el más guay del patio". Los padres y los adultos en general han empezado a invadir la red social, intentando comprender qué es lo que hace que triunfe o simplemente decididos a espiar a sus hijos, y con ello han logrado un efecto directo sobre cómo se ve la misma y sobre cómo los consumidores más jóvenes perciben esos contenidos.

¿Cuál será el efecto que tendrá este movimiento?

No es difícil imaginar uno de los posibles escenarios y uno de los que tiene muchas posibilidades de suceder. Los padres no acabarán de pillar como funciona y acabarán empleando la red social de otro modo completamente distinto y los expertos en redes sociales estarán durante todo el tiempo que dure su fiebre de interés publicando una y otra vez y subiendo múltiples contenidos? para que cuando decaiga el momento vuelvan a la actividad en las redes sociales en las que se sienten cómodos y dejen medio abandonado el que parecía su prometedor perfil en Snapchat.

Lo cierto es que el movimiento no es nuevo ni tampoco ocurre solo con las redes sociales que alcanzan un momento de gracia vía crecimiento abrumador e introducción directa en la vida de los consumidores. La verdad está en que, cada vez que aparece algo nuevo en el universo de los social media y los medios empiezan a dedicarle cobertura, los responsables de redes sociales y todo el mundo que tiene un poco o mucho que ver con las redes sociales y con internet (desde periodistas especializados hasta responsables de marketing online) se lanzan como locos a la conquista. Cada uno puede pensar en su propio ejemplo y en su propia historia, pero, por ejemplo, ¿alguien se acuerda de Path? Cuando apareció era muy bonita, muy novedosa y la protagonista de mucho ruido en los medios de comunicación, tanto que durante un tiempo parecía que todas las personas del mundillo estaban probándola y alabando sus virtudes. Todos la usaron intensivamente durante mucho tiempo y de pronto todo el mundo pareció olvidarla.

¿Y qué ocurre con Google +?

Cuando Google lanzó la red social, todo el mundo parecía estar desesperado por poderse abrir un perfil, especialmente la gente del mundillo digital. Todos querían estar ahí fuese como fuese y cuando lo conseguían no hacían más que hablar de lo que hacían en Google +. La fiesta no duró mucho. En una novela publicada en diciembre de 2013 en la que el protagonista trabaja en una hipermoderna agencia de redes sociales y marketing digital se puede encontrar ya este diálogo: "¿Qué haces en Google +? ¿Quién está en Google +? Debes estar hablando contigo mismo porque eres la ÚNICA PERSONA EN GOOGLE +". Las mayúsculas aparecen en el texto y el diálogo es la recriminación que hace el jefe de la agencia a uno de sus trabajadores tras verle perder el tiempo online. No le recrimina que pierda el tiempo sino más bien que lo haga en Google +. "Tu madre está en Google +", responde el otro, muy en modo patio de colegio.

De todo esto se puede sacar una conclusión: las modas son pasajeras en redes sociales tanto como lo son fuera de ellas y al final uno acaba volviendo a donde se siente cómodo y, sobre todo, al lugar en el que encuentra lo que busca. Hay quien está viendo ahora, de hecho, un revival de Twitter y está notando como los grandes usuarios de redes sociales, incluidos esos trabajadores de hipermodernas agencias de social media marketing, están volviendo de cabeza a Twitter, ya que esta ofrece información, contactos y rapidez.

Qué es lo que hace que una red se quede y otra sea flor de un día

A lo largo de la (corta) historia de las redes sociales se han visto varios casos y se ha podido ver cómo no es tan difícil que tras un momento de gran interés, ese en el que todo el mundo está hablando de lo mismo, las cosas cambien y la red social en cuestión desaparezca o quede medio eclipsada. Lo difícil para las redes sociales es, de hecho, pasar esa fase de súper hype, ese momento en el que todo el mundo está hablando de ellas, al momento en el que su uso se ha normalizado y empiezan a formar parte realmente de lo que están haciendo cada día los usuarios.

Los usuarios vuelven a Twitter

El ejemplo de Twitter y el por qué los usuarios más veteranos están volviendo a esa red social puede ayudar a comprender claramente qué es lo que hace que unas permanezcan más allá de las modas y otras no tanto. Por un lado, está el efecto cansancio, ese que hace que cuando sacas la ropa de verano del altillo del armario te preguntes por qué habías comprado uno cosa y el que hace que decidas no leer ni bajo tortura ese libro que todo el mundo está leyendo en el metro. Uno se cansa de ver siempre las mismas cosas y de que le hablen una y otra vez de ellas y, por ello, no quiere tener nada que ver con ellas. Es lo mismo que hace que tras un invierno usando ese estampado que estaba en todas partes una y otra vez al llegar a mayo se quiera quemar la camisa que lo tenía. Uno se acaba cansando de las modas.

Por otro lado, está otra cuestión mucho más profunda y mucho menos "frívola" (si es que se puede llamar así). Al final, se buscan ciertos valores concretos y ciertos elementos específicos y uno se queda con lo que le ofrece ese servicio. ¿Por qué usamos redes sociales y por qué usamos ciertas redes sociales y no otras? La clave está, realmente, en lo que esas redes sociales aportan o no aportan. Es decir, lo que queremos es un valor añadido, que la red social de turno sirva para algo. Ese servicio puede ser diferente para cada quien, pero tiene que estar ahí. Tiene que valer para algo que las demás no tienen y su uso tiene que reportarnos un beneficio. Nadie está en un escenario porque sí y nadie está en una red social que le ofrece lo mismo que las demás (véase una vez más el caso de Google +).

Y lo cierto es que no se trata de simplemente poder acceder a un montón de información (al fin y al cabo, para eso ya se tiene a Google) sino más bien el acceder a información y algo más. Sobre esos datos tiene que haber algo, un elemento que haga que la experiencia sea distinta y valiosa.

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