Por Redacción - 17 Mayo 2017
Se podría pensar que era casi imposible que les volviese a pasar y que iban a intentar evitarlo costase lo que costase, pero lo cierto es que han vuelto a caer: Facebook ha tenido que reconocer una vez más que ha medido mal los resultados de las compañías en la red social y, en este caso, ha tenido que anunciar también que devolverá el dinero a sus anunciantes afectados.
La historia de la debacle de las mediciones de Facebook se remonta a unos meses atrás y ha tenido un efecto directo sobre la compañía hace. Facebook, que funcionaba como un jardín cerrado y fortificado, tuvo que acabar anunciando que permitiría a terceros auditar los resultados de sus anuncios. Antes había visto como su fiabilidad se ponía en entredicho tras tener que reconocer en varias ocasiones que no había medido bien los resultados de las acciones de los seguidores de las páginas de marcas y empresas.
Todo ello no solo creó un grave problema de imagen, sino que además horadó la credibilidad de sus servicios. Un estudio realizado cuando acababan de suceder los escándalos señalaba que dos tercios de los marketeros estaba ya poniendo en tela de juicio lo que hacían en Facebook. Y esto era el pie para un problema mucho más grave que una mala imagen: podría afectar a cómo invertían en publicidad esos marketeros y hacer que Facebook perdiese las inversiones que estaba segura de capitalizar.
El último escándalo es, de hecho, el quinto desde que tuvo que asumir el pasado mes de septiembre por primera vez que había medido mal las cosas. En esta ocasión, un bug en el sistema ha llevado a que se midieran clics de más en las visitas a los sites de los anunciantes. El problema solo ocurría en dispositivos móviles y con un tipo de anuncios concretos (el vídeo carrusel). Cuando el consumidor clicaba para ver un vídeo más, en ciertas ocasiones se medía como si estuviese yendo a ver la web de la firma.
Según los datos de la propia red social, el 0,04% de todas las impresiones generadas en Facebook se han visto afectadas por este problema.
¿Qué se puede leer de este nuevo escándalo y cómo lo está procesando la industria? "Subraya una vez más que ha habido un progreso, pero queda todavía margen que necesita ser mejorado", apunta el máximo responsable de marketing de Unilever a The Wall Street Journal al hilo de la noticia, señalando que Facebook ha sido proactivo a la hora de resolver el problema pero que, al mismo tiempo, lo que acaba de ocurrir demuestra claramente que se necesita más trasparencia en ese mercado.
Como apuntan en Business Insider, es poco probable que el escándalo (el nuevo escándalo) tenga un impacto directo muy elevado sobre los ingresos publicitarios de Facebook. No es que Facebook tenga que devolver muchísimo dinero (solo es un porcentaje pequeño) y no es tampoco que los anunciantes vayan a huir en masa tras este escándalo.
Y, sin embargo, no sería difícil comprender que quisieran hacerlo. Una vez resulta mucho más fácilmente perdonable que cinco. Para las marcas y las empresas, a pesar de todo, las cosas no parecen tan fáciles y sencillas como el tirar la toalla con Facebook una vez que han empezado a no fiarse mucho de él, ya que se han convertido en una especie de público que no puede salir de ahí, ya que la única manera de llegar a los consumidores ha empezado a ser pasando por el aro de la publicidad en la red social.
Por supuesto, este nuevo escándalo, a pesar de todo, da nuevos argumentos a otros competidores. Como recuerdan en el Journal, no es el mejor momento para confesar esto a las anunciantes, ya que estos días son plena temporada de upfronts (cuando las televisiones estadounidenses venden sus espacios publicitarios a las grandes marcas) y la nueva metedura de pata de Facebook es artillería pesada para ellos.