Por Redacción - 7 Septiembre 2017
Las redes sociales compiten por posicionarse como la que tienen más usuarios y las que tienen mayor crecimiento, pero esos indicadores no son suficientes y a veces es necesario ir más allá. Al fin y al cabo, el llegar a grandes cantidades de consumidores no es un blindaje contra nada en el futuro y no supone que, necesariamente, no se vayan a tener ciertos problemas en el futuro. Y el gran ejemplo de esa historia es Facebook.
Facebook es la red social con más usuarios en todo el mundo. Ha crecido y crecido y los titulares y comparaciones en los que se mide cuantos usuarios tiene y lo que eso significa suelen ir acompañadas de habitualmente el mismo recurso. Si Facebook fuese un país, sería uno de los más poblados del mundo, nos explican, dando posiciones en el listado. Pero a pesar de este crecimiento y a pesar de su poder (Facebook es, al fin y al cabo, uno de los grandes jugadores en el esquema de las cosas en publicidad online), la compañía no ha estado blindada ante los problemas y ante la actividad decreciente de sus usuarios.
Y ahí está el problema y ahí está la esencia de la guerra por el engagement a la que al final acaban siendo empujadas todas las compañías de este sector. Facebook ha visto en los últimos años como caía la actividad (usuarios que están dentro, ven lo que se publica pero no comentan ni suben ellos mismos nada) y también la desaparición de ciertos nichos de mercado. El problema, en este último caso, estaba en la propia red social y en sus tasas de crecimiento.
A medida que Facebook iba creciendo y creciendo, iba conquistando nuevos grupos demográficos. Esto hacía que llegase a más y más gente, pero tenía un impacto en cómo lo veían los usuarios que ya estaban dentro. Así, los adolescentes y los millennials (grupos que las marcas buscan con gran interés) han empezado a salir de la red social en busca de pastos más verdes (véase Instagram, propiedad por otra parte de la propia Facebook) porque Facebook empezaba a parecerles cada vez menos cool. Cuando tu abuela es tu amiga, no solo la experiencia pierde cierto atractivo sino que además uno acaba necesitando autocensurarse.
En medio de toda esta cuestión, Facebook empezó a hacer ciertos cambios y modificaciones (y sí, a recordar una y otra vez que se pueden hacer listas de privacidad para compartir cosas en diferentes niveles y con distintos grupos) para recuperar la actividad y potenciar el engagement. Quería volver a hacer que interactuar fuese divertido.
Y así fue como nacieron las nuevas reacciones, que en un primer momento parecían ser un fiasco pero que con el paso del tiempo parecen ser más usadas (a menos eso es lo que parece a simple vista) por los usuarios. Facebook no daba a los internautas la opción tan pedida a lo largo de los años del no me gusta pero sí un abanico que ampliaba el alcance del simple me gusta. Uno de sus últimos cambios de algoritmo empezó a premiarlas, lo que ha hecho que sean más potenciadas por las marcas.
Pero en la guerra por lograr el engagement esto no es suficiente y se necesitan cada día cosas nuevas y cosas que potencien que los usuarios hagan y compartan cosas. Las herramientas de estado se han ido ampliando y mejorando en los últimos tiempos, permitiendo cada vez hacer más cosas. Y ahora Facebook quiere modificar los comentarios, aunque lo que está probando podría ser un desastre futuro y un ataque al diseño de la red social.
De hecho, no hay más que ver cómo han recogido la noticia en AdWeek para ver lo que los medios ya empiezan a comentar sobre esto: "Los usuarios de Facebook pronto podrían necesitar gafas de sol para navegar por sus feeds de noticias", escriben.
Facebook está probando a añadir fondos de colores a los comentarios que realizan sus usuarios. Ahora mismo, la red social ya permite añadir un fondo de color a las actualizaciones de estado, algo que algunos usuarios han empezado a emplear ya en los últimos tiempos. Lo que prueba es, como han descubierto algunos expertos del terreno en EEUU por casualidad y ha circulado por redes sociales, a que los comentarios también tengan ese fondo de colores a gusto del consumidor. Esto es, cuando se comenta algo uno puede escoger el color que quiera que vaya de fondo.
Facebook ha confirmado a AdWeek que está probando la funcionalidad, aunque por el momento solo es algo que está en pruebas y no planea lanzarlo de forma global todavía. La idea es una de esas que exploran para que "la gente conecte y tenga conversaciones".