Por Redacción - 15 Febrero 2018
Todo empezó con Snapchat. La red social / app de mensajería, muy popular entre los adolescentes de los países anglosajones, contaba con una funcionalidad que permitía lanzar historias, sus Stories, que los demás usuarios conectados al perfil podían ver. Las historias eran efímeras y permitían jugar con diferentes elementos. Y quizás por ello se convirtieron en uno de los elementos de éxito más claros de la esta red social.
Tras Snapchat, el formato llegó a otras redes sociales, que rápidamente copiaron la idea y la aplicaron a sus espacios. Instagram fue la primera y, aunque al principio se le acusó de ser muy poco original con el movimiento, el salto a este formato tuvo éxito.
Las Stories se han convertido en la última moda que todo el mundo está incorporando, como antes lo hicieron con el vídeo y el streaming en directo. Facebook también tiene su propia versión del formato y la lista solo parece estar en proceso de crecimiento. No olvidemos que Twitter tiene también sus Momentos.
La última en sumarse a la moda es Google, que ha lanzado sus propias Stories pero para la web móvil. Ellos las han bautizado como AMP Stories y las integrarán en su sistema AMP para el móvil.
Los destinatarios del sistema no serán los usuarios, sino los medios, que podrán publicar slides con texto, fotos, vídeos y gráficos. La compañía trabajó con varios gigantes mediáticos estadounidenses para desarrollar la novedad. El formato irá siendo lanzado de forma gradual, empezando por poder verse vía links directos de los medios que han probado y acabando - o eso se espera - teniendo sus propios espacios en búsquedas.
Google analizará cómo responden los internautas a los contenidos en los próximos meses antes de tomar cualquier decisión relacionada con ellos, aunque, como ya especulan los medios estadounidenses, es probable que acaben teniendo su propio espacio en los resultados de búsquedas.
Por ahora, las historias no llevarán anuncios y no hay manera de monetizarlas, pero como suele ocurrir con estas cosas parece casi un tiempo al tiempo. Los medios han mostrado interés por ello y, como apuntan algunos directivos a The Wall Street Journal, Google suele acabar haciendo que las cosas sean monetizables.
Pero el movimiento de Google no es solo una cuestión ligada a la actividad de la compañía, sino una suerte de muestra más de cómo el formato está cambiando el acceso a contenidos y se está convirtiendo en la última moda de las redes sociales. ¿Por qué todas las redes sociales están lanzando herramientas de este estilo? ¿Y por qué las marcas las están usando de forma recurrente?
Como nos explica una responsable de redes sociales, para las marcas son interesantes porque permiten publicar contenidos más informales y espontáneos, ya que su naturaleza efímera da más juego. Y, al menos en Instagram, sus cifras de engagement son bastante buenas.
Según apunta un analista de Buffer preguntándose también por qué las Stories funcionan en la era del móvil, además de estar de moda encajan mejor con el universo móvil. Los feeds de noticias, apunta, nacieron para el universo de escritorio y funcionan muy bien en el mismo, pero no lo hacen tan bien en el móvil.
A eso se suma que las imágenes y la cámara del móvil de forma asociada se han convertido en el elemento "focal" de la conversación en este escenario (y en el feed esto no tiene la visibilidad esperada) y que se está produciendo un cambio de tendencia global en cómo se comparten las cosas. En el sistema previo, agrupar los contenidos para convertirlos en una historia es muy complicado. En este nuevo formato, es mucho más sencillo. Sobre todas estas cuestiones se suma además otra: las historias son una manera de compartir experiencias con otros usuarios y, no olvidemos, las experiencias son las grandes cuestiones de moda.
Para las marcas y empresas usuarias de este tipo de formatos de contenidos, esta es por tanto una nueva manera de llamar la atención y de conectar con los consumidores. Para las compañías que son el soporte de estas conversaciones, puede que esta simplemente la manera de no quedarse desfasado.