Por Redacción - 5 Marzo 2018
Las redes sociales llevan años, en realidad, a la gresca unas con otras para hacerse con nichos de mercado que dominan sus competidoras y para así conseguir comerles parte de su mercado y hacerse más fuertes. Facebook, la red social dominante en el mercado general de lo social, lleva años en guerra con las diferentes redes sociales a las que ha intentado o está intentando robarles sus nichos de mercado. No hay más que pensar cómo intentó hace unos años hacerse con los hashtags, el terreno de Twitter, y cómo lleva años haciéndose poco a poco con un bocado más grande del mercado del vídeo, que domina YouTube. LinkedIn, aunque parezca un espacio a años luz de lo que Facebook es y hace, no se ha quedado fuera del tablero de batalla.
El mercado de las redes sociales profesionales es interesante porque es una poderosa fuente de ingresos. Hasta ahora, los usuarios de redes sociales compartimentaban muy bien lo que hacían en los entornos más personales y lo que hacían en los más profesionales. Facebook no podía ser como LinkedIn y el uso que se le daba a una no podía ser como el que se le daba a la otra. Pero las fronteras se están volviendo más difusas, a medida que las redes sociales van infiltrando más terrenos de la vida cotidiana y a medida que sus responsables les empiezan a ver ventajas.
Y Facebook, la reina de lo personal, está intentando hacerse con su parte del pastel de lo profesional. Empezó con su Facebook at Work, su competencia para Slack, y luego ha empezado a posicionarse con lo que a LinkedIn le funciona mejor, las ofertas de empleo. Los responsables de páginas empezaron a poder publicar en EEUU y Canadá ofertas de empleo. Facebook ha ampliado ahora el servicio a 40 países más.
Las ofertas de empleo y la capacidad de publicarlas llegarán entre otros a Brasil, Reino Unido, Francia, Italia, Alemania o España. Los usuarios pueden encontrarlas en las apps para iOS y Android, pero también en la versión web.
¿Puede comer mercado?
La red social quiere así ampliar su peso en el mercado de la búsqueda de empleo: ahora mismo solo el 26% de los consumidores - según una muestra estadounidense - ha buscado o ha encontrado un empleo a través de Facebook. En juego está un mercado que para LinkedIn supone ya unos 1.000 millones de dólares de ingresos derivados de las ofertas de trabajo.
¿Logrará Facebook hacer daño a LinkedIn o hacerse con parte de su mercado? La respuesta es que quizás, porque lo que Facebook ha hecho ha sido encontrar el punto débil de la red social profesional y explotarlo. LinkedIn es un muy buen destino para encontrar trabajos capacitados, lo que en inglés se llama white collar, o los ofrecidos por gigantes multinacionales pero no tanto en los trabajos medios, los blue collar, o que surgen de pymes. Y ahí es donde se van a meter desde Facebook: puede que no encuentres un trabajo como CEO en Facebook, pero sí que lo hagas como florista o como dependiente de la librería independiente del barrio.
Por supuesto, y posiblemente para romper reticencias de los potenciales usuarios, Facebook ya ha dejado claro que los responsables de las empresas que publican las ofertas de trabajo solo podrán ver la parte pública de los perfiles de los potenciales candidatos y no todo aquello que han subido de forma personal de los perfiles.