Por Redacción - 19 Abril 2018
Uno de los grandes problemas a los que se enfrentan las marcas y las empresas en las redes sociales está en la legitimidad de sus seguidores. ¿Son quienes siguen a la compañía personas reales? Y, sobre todo, ¿son reales los seguidores de los influencers a los que se está contratando en campañas de marketing con influencers y el engagement que estos protagonizan?
Hasta ahora, se siguen varios métodos para encontrar señales de alerta. Por ejemplo, una de las maneras de peinar la legitimidad de los seguidores está en ver los porcentajes de ubicaciones. Cuando un elevado porcentaje de seguidores de un influencer o de una marca no encajan con su ubicación, lo más probable es que no sean realmente legítimos.
Pero ahora un nuevo método podría ayudar a solucionar esta cuestión y a encontrar la respuesta a la pregunta. Como en tantas otras cosas asociadas a las redes sociales, la clave podría estar en un algoritmo. Un equipo formado por expertos de las Universidades de Washington y Ben-Gurion del Negev han desarrollado un algoritmo que funciona como una suerte de policía de las cuentas falsas en redes sociales. El algoritmo analiza los comportamientos y determina si el perfil es o no de una persona real.
Sus decisiones se basan en dos puntos concretos. Por un lado, analiza los enlaces publicados para determinar si las pautas de publicación muestran un vínculo entre dos usuarios. Esto es, si lo que publica uno y otro está relacionado (las cuentas falsas, no olvidemos, publican en bucle contenidos iguales en todas las que son gestionadas por el mismo perfil).
Por otro lado, se analizan ciertos datos personales y de comportamiento, como pueden ser los gustos mencionados, las imágenes publicadas, la ubicación o los amigos, para determinar si son o no reales las personas detrás de estos perfiles.
"En general, los resultados demuestran que en un escenario de amistades en la vida real podemos detectar quienes tienen los vínculos de amistad más fuertes así como los usuarios maliciosos, incluso en Twitter", apuntan los investigadores. Por tanto, viendo las conversaciones que se lanzan en redes sociales, el algoritmo es capaz de determinar quiénes mantienen una relación real entre las cuentas (quienes son amigos de verdad) y quienes son simplemente cuentas de spam intentando mantener una apariencia de normalidad.
El algoritmo ha sido probado en un total de 10 redes sociales diferentes y usando tanto datos simulados como de redes sociales reales. La conclusiones permiten establecer que ha ofrecido resultados eficientes en todos los casos.