Por Redacción - 21 Mayo 2020
Hace unos años, el s-commerce era una de esas tendencias recurrentes que aparecían en todos los análisis como una de las cosas que estaban llamadas a cambiar internet. Unía en una misma tendencia dos emergentes y con creciente poder e influencia.
Por un lado, entraba dentro de las redes sociales y su omnipresente presencia. Por otro, conectaba con el comercio electrónico, que estaba cada vez más integrado en la vida diaria de los consumidores, que lo usaban para hacer cada vez más y más cosas. En el futuro inmediato, decían entonces los analistas, usaríamos las redes sociales para directamente comprar productos.
Facebook, la red social con más tirón en aquellos momentos, intentó posicionarse y lanzó diferentes iniciativas para capitalizar la tendencia. Sin embargo, a pesar de sus millones de usuarios y de los pronósticos de los analistas, el s-commerce no terminó de cuajar y no llegó a encajar con los hábitos de los consumidores. Las redes sociales no eran el espacio para hacer compras, o al menos eso era lo que parecían sentir los internautas.
Aunque ese s-commerce por el que todos los analistas parecían apostar no se asentó, eso no implica que las redes sociales no hayan seguido intentando posicionarse en ese terreno y en esa dirección de una manera o de otra. Al fin y al cabo, el comercio electrónico es una fuente de potenciales ingresos.
Instagram ha lanzado varias iniciativas que permiten el consumo directo y que ayudan a convertir la red social en una pasarela para las compras (algo bastante relevante en una red social que se usa para el descubrimiento de productos de forma tan notable) y ahora Facebook ha vuelto a insistir en su potencial para las ventas online.
Lo hace además en un momento en el que los consumidores están comprando más online y en el que las empresas le están prestando mucha más atención al canal ecommerce. La crisis del coronavirus ha encerrado en sus casas a millones de consumidores y ha obligado a numerosas compañías a vender online para compensar su canal de ventas cerrado.
Facebook acaba de anunciar el lanzamiento de Shops, que funcionará como un escaparate pero también como una pasarela de ventas y que quiere conectar con las pymes y con sus necesidades en estos tiempos.
El servicio les permitirá mostrar los productos que tienen a la venta, pero también venderles a los consumidores que los desean. A diferencia de Marketplace, el mercadillo en el que cualquiera puede vender cosas de Facebook, en este caso el objetivo es llegar a las tiendas y, como recuerdan en The Guardian, competir con servicios como los que ofrecen desde Etsy a Amazon, plataformas que han visto como aumentaban las ventas durante los procesos de confinamiento en múltiples países.
"Nuestro objetivo es hacer que las compras fluyan sin problemas y empoderar a cualquiera desde un pequeño negocio a una marca global a poder usar nuestras apps para conectar con los consumidores", señala al hilo del lanzamiento Mark Zuckerberg, el CEO de Facebook. Shops no tendrá un coste para las empresas que la usen, porque Facebook espera sacarle beneficios de forma indirecta aumentando el engagement de los consumidores y las ventas de anuncios.
La tienda se integrará en la página de Facebook de la compañía - o en su perfil de Instagram - y los consumidores podrán descubrir productos, guardarlos en listas de deseos y comprarlos. Facebook ha integrado el servicio con Whatsapp, Messenger e Instagram Direct, para que se les pueda hacer preguntas directamente por esos canales a los responsables de la tienda. El gigante ha asegurado que espera que en el futuro se pueda comprar directamente desde esas herramientas de chat también.
El servicio está ya operativo, al menos en Estados Unidos.