Por Redacción - 23 Julio 2020
2020 está siendo el año más complicado del que tengamos recuerdo, al menos el más extraño. El año, que comenzó con grandes promesas en el mercado publicitario, del marketing y de los medios, ha ido perdiendo fuelle por culpa de los efectos de la crisis del coronavirus. Los confinamientos para frenar el avance de la enfermedad en muchos países, el hecho de que los consumidores sean más reticentes a gastar y la necesidad de replantearse las posiciones en el mercado están haciendo que las empresas se enfrenten a una situación complicada. Las redes sociales no son ajenas a esta situación.
Para las compañías de los social media, la crisis del coronavirus y la caída del mercado publicitario conviven con sus propios problemas. Las compañías de esta industria han tenido que enfrentarse a lo largo de los últimos años al creciente problema de la desinformación, las fake news y los contenidos incendiarios y del papel que sus compañías juegan en esa situación. Los escándalos de protección de datos y la exposición de los anunciantes a contenidos de riesgo (respectivamente, los casos Cambridge Analytica y el de YouTube) solo han complicado más las cosas.
Y las últimas semanas han registrado un cúmulo de problemas para las redes sociales y para las empresas que están detrás de ellas.
La última en protagonizar malas noticias es LinkedIn. En su caso, el problema viene marcado por la crisis del coronavirus y el efecto que tiene en sus cuentas de resultados.
LinkedIn va a recortar en un 6% su plantilla en todo el mundo, lo que supondrá el despido de 960 personas. Los recortes afectarán al equipo de ventas y de adquisición de talento, porque según apuntan desde la propia compañía la crisis hará que no necesiten contratar al mismo ritmo. LinkedIn no espera más despidos en el futuro. En los últimos resultados de Microsoft, la compañía que es dueña de la red social, ya se reconocía que la crisis había afectado a los ingresos publicitarios de la red.
La compañía es una más de las muchas empresas estadounidenses que han anunciado recortes y que han reducido el personal, pero también una muestra de que ni siquiera las redes sociales están al margen del impacto de la crisis que vive ahora el mercado.
En Estados Unidos, muchas empresas de otros sectores han anunciado despidos. Las redes sociales no se han quedado exentas de la situación.
La situación de LinkedIn se suma a los problemas que registran Twitter y Facebook en este verano complicado para los social media. El caso de Twitter es, de entrada, más anecdótico, pero se puede convertir en un problema serio de reputación y en uno con efectos a largo plazo. La semana pasada, varias cuentas de usuarios de más alto nivel fueron hackeadas en una acción para robar bitcoins.
Twitter ha desgranado en su blog lo que ha ocurrido y creen que sus atacantes lograron acceso a las cuentas con acciones de ingeniería social contra los empleados de la compañía. La red social ha intentado tranquilizar a sus usuarios sobre el problema de seguridad (y teniendo en cuenta el perfil de cuentas accedidas también es importante saber si han accedido a más información personal de esos usuarios), pero la acción abre interrogantes generales sobre seguridad que Twitter tendrá que responder.
Para Facebook, la crisis es un capítulo más en la tensión por las reglas de la red social y cómo controla el tipo de mensajes que se comparten. La llamada al boicot publicitario por parte de varias asociaciones de derechos civiles estadounidenses, hartas de que Facebook no haga nada contra los mensajes de odio en su plataforma, ha ido cosechando el apoyo de múltiples empresas. La última, aunque de un modo discreto y solo en parte, es Disney.
Más allá de los ingresos que Facebook puede perder en este movimiento, la situación es una pesadilla en términos de reputación. Facebook no está gestionando bien la crisis, lo que hará que la situación sea peor.