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Los usuarios más activos de redes sociales tienen una falsa seguridad en que son capaces de separar desinformación y contenido real

Asumen que saben cómo funcionan las cosas, pero en realidad no diferencian mejor que el usuario medio  

Por Redacción - 14 Enero 2021

Si de algo se ha acusado a las redes sociales en los últimos años, y con pruebas en la mano, es de que se han convertido en vías para la circulación de fake news y desinformación. Las redes sociales son el paraíso de los bulos, que luego evolucionan hacia las conversaciones privadas en grupos en apps de mensajería como WhatsApp. Los ciudadanos se dejan llevar por lo que ven, que muchas veces refuerza algunas de sus creencias previas (al fin y al cabo, las redes sociales son también una poderosa cámara de eco), y admiten como válidas esas ideas, por muy descabelladas que sean.

Pero quizás ese no sea el único problema en términos de percepción de la realidad y creencias varias que han generado las redes sociales. Puede que los social media también hayan hecho, sorprendentemente, a los consumidores más confiados. No se trata tanto de una especie de confianza general hacia la vida (los datos de confianza se han desplomado en los últimos años y los consumidores se fían menos de organismos de todo tipo) como de la percepción que tienen de ellos mismos.

Esto es, sienten que a ellos no se la cuelan y que están recibiendo información de confianza. En realidad, están siendo arrastrados al mismo torbellino de fake news, sesgos y desinformación que los demás mortales con una cuenta en Facebook. Cuanto más se usan las redes sociales, más crece ese sentimiento de seguridad en lo que se ve (por muy falso que, cuando se va a la esencia, sea).

Estas son algunas de las conclusiones que se pueden establecer partiendo de los datos que aporta un estudio realizado por investigadores de la North Carolina State University. El estudio ha encontrado un vínculo poderoso entre cuánto se usa Facebook y cuánto se confía en lo que se ve en ello. Los consumidores con un uso más extensivo están convencidos de que lo que ven es positivo y real.

Cómo opera

¿Por qué ocurre esto? Probablemente se trate de una especie de creencia basada en el uso. Es decir, los usuarios más intensos creen que lo usan tanto que han aprendido todos los trucos. Esos consumidores que ya se lo saben todo también confían más en Facebook como marca y empresa.

"Cuanto mejor crees que eres separando desinformación de información real, más probable es que confíes en Facebook", explica en Phys Yang Cheng, profesor en esa universidad y responsable del estudio. "Y cuando más confías en Facebook, más probable es que seas un usuario de alta intensidad", añade.

Se trata, por tanto, de una especie de pescadilla que se muerde la cola. Es una, además, en la que lo que uno cree de sí mismo no implica que eso sea real. Que los encuestados crean que son buenos separando el grano de la paja de la información no quiere decir, indica el experto, que realmente lo sean por encima de la media de los usuarios de redes sociales.

El camino hacia la desconfianza

Los investigadores no encontraron un vínculo entre el poco uso y la desconfianza. Esto es, no encontraron un equivalente a la inversa de lo que descubrieron sobre confianza. Los usuarios que usan poco la red social no son, por ello, más desconfiados sobre sus contenidos.

Lo que sí han determinado es que ser desconfiado y estar preocupado por los efectos de la desinformación sí lleva a desconfiar más de Facebook. Cuanto más preocupados en general estén por las fake news, menos valorarán la reputación de Facebook y menos confianza tendrán en la red social.

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