Por Redacción - 17 Febrero 2021
Hasta ahora, cuando se hablaba en los medios de TikTok se hacía para explicar por qué se había convertido en una de las grandes historias de éxito de las redes sociales. Cuando parecía que todo estaba ya inventado, TikTok logró conectar con el público adolescente primero y después con el general. Durante los primeros meses de la crisis del coronavirus, cuando en muchos países se aplicaron medidas de confinamiento, la red social creció de forma abrumadora, tanto en número de usuarios como en tiempo de uso.
Y a más atención llegan los problemas. Por supuesto, de entrada, sus competidores están ya fijándose en qué hacen y cómo para lanzar sus propias versiones y para intentar robar a ese mercado que están perdiendo. Instagram quiere ser cada vez más como TikTok, para lo que está lanzando funcionalidades y servicios y para lo que está realizando ajustes en cómo presenta la información. Si algo logra engagement y conexión con los consumidores, sus competidoras querrán hacerse con una parte de la tarta.
Pero, además, el éxito implica también más atención mediática y más presión por parte de las autoridades. TikTok se convirtió en uno de tantos daños colaterales en la guerra comercial entre China y Estados Unidos durante la administración Trump (y aún no está muy claro qué ocurrirá con la red social en ese país ahora que Trump ha dejado el poder).
Por razones muy diferentes, ha empezado también a llamar la atención de las autoridades europeas. En enero, Italia obligó a TikTok a bloquear perfiles y servicios después de la muerte de una niña en uno de los retos virales que circulan por la red. Ahora, los problemas son más variados y con mayor alcance geográfico.
A TikTok se la acusa ahora de incumplir varias normas europeas. La European Consumer Organisation ha presentado una queja ante la Comisión Europea - y que afecta por tanto a todos los países de la Unión Europea - por cuestiones vinculadas a derechos de autor, a la moneda virtual que usa la plataforma, a los contenidos que ven los niños o al uso de datos y términos de privacidad. La queja de la organización no es la única presentada.
Diferentes organizaciones en 15 países europeos han presentado sus alertas antes los organismos de consumo respectivos. En España, la queja ha sido presentada por la OCU. La asociación concluye que la app "presenta irregularidades en sus términos y condiciones o en sus políticas de privacidad y artículos virtuales, dejando desprotegidos a sus usuarios". Sus quejas han sido remitidas a la Dirección General de Consumo, a la Agencia Española de Protección de Datos y a la Comisión Nacional de los Mercados y de la Competencia (CNMC).
Según la OCU, Tiktok falla en varios puntos. Sus términos de servicio son ambiguos, las especificaciones en derecho de autor favorecen a TikTok de forma irrevocable, sus políticas de artículos virtuales poco transparentes y engañosas y su privacidad no explica a niños y adolescentes de forma clara cómo recopilan datos, aseguran. También acusan a TikTok de no proteger "a los niños y adolescentes de la publicidad oculta, el marketing agresivo ni del contenido potencialmente dañino".
Son las mismas quejas que se están transmitiendo a nivel europeo, ya que la acción está conectada. Las organizaciones de consumidores también evidencian que TikTok está siendo usado de forma masiva por los menores de 13 años, a pesar de que en teoría las condiciones de uso lo impiden.