Por Redacción - 2 Mayo 2018
El diseño es un elemento destacado de la estrategia de marketing, uno que resulta crucial para muchas cuestiones. El diseño es clave para hacer que los nuevos productos destaquen sobre la competencia y para que parezcan nuevos y diferentes. El diseño es también fundamental para transmitir información y para compartir ciertos valores de marca y producto. Y el diseño es crucial para construir identidad.
Es lo que están haciendo ahora mismo las marcas que lideran el mercado o que tienen identidades muy conocidas. El diseño es un arma más y una que sirve para llamar la atención y adquirir relevancia. "Es más importante que nunca para las marcas destacar en la multitud y maximizar su prominencia y su capacidad para ser recordadas cuando los consumidores se ven impulsados por una necesidad", señala Martin Guerrieria, director de investigación en Kantar Millward Brown.
Es decir, las marcas y las empresas tienen que asegurarse de que cuando llegue el momento el consumidor las tendrá en cuenta, que se acordará de ellas y que su marca no quedará desdibujada frente a la competencia.
Y, para ello, el diseño es crucial. El diseño es el que asienta las bases para que esto no ocurra. Al fin y al cabo, las marcas que tienen una imagen fuerte son recordadas en un 52% más que aquellas que tienen una marca más débil. El recuerdo tiene un efecto directo sobre los resultados: las que son recordadas mejor lograr resultados un 76% más poderosos.
En cuanto se logra entrar en los recuerdos de los consumidores, se ha entrado también en las decisiones de compra. Para que el consumidor compre tu producto o tu marca, tienes que entrar en las cosas que tiene en cuenta cuando se compra.
Pero ¿qué es lo que hace que un diseño funcione y que sirva para potenciar el recuerdo de la marca, de la empresa o del producto? Según las recomendaciones del experto, y tal y como recoge Warc, la clave está en los elementos que lo componen y del modo en el que estos se integran. Un diseño vencedor es el que incluye las que llaman las tres c.
Es la suma de claridad, consistencia y comunicación. Esto funciona, además de en el diseño en general, también en todos los elementos que se integran en el mismo. Desde los colores a las formas pasando por los logos, todos encajan muy bien en la construcción de una imagen que encaja en estas tres c.
Las marcas y las empresas tienen, por tanto, que ser muy conscientes de la importancia del diseño e incorporar aquellas prácticas que mejorarán sus resultados. Para mejorar el diseño, se deben tener en cuenta además cómo los consumidores procesan la información y aquellas prácticas que harán que destaque.
Por ejemplo, la información visual es mucho más poderosa a la hora de procesar los datos que la que llega por otros canales. Se procesa mucho más rápido y se recibe de un modo mucho más positivo. Por ejemplo, en redes sociales los contenidos visuales se comparten y gustan más.
El diseño tiene además que simplificar los procesos de decisión y tiene que hacer que tomar decisiones sea más fácil y menos complejo. El diseño tiene que hacer la vida más fácil en general para el consumidor, ya que esto hará que se vean las cosas de un modo más positivo.
Y por supuesto el diseño no debe verse como una especie de isla en medio de la estrategia de marketing y de los procesos de compra, sino que debe integrarse con los demás elementos para de forma conjunta mejorar los resultados.