Por Redacción - 4 Junio 2018
Una de las tendencias que ha dominado en los últimos tiempos en lo que a diseño de imagen corporativa se refiere ha sido la de la simplificación de los logos. Las marcas y las empresas eliminaron todo barroquismo posible, todo elemento extra y optaron por aquellas tipografías que parecían más limpias. En los últimos años, ha sido la época dorada de las sans serif, que han empezado a aparecer de forma masiva en los logos y a hacerse ubicuas.
Varias han sido las explicaciones que han marcado este cambio. Por un lado, se ha producido una especie de cambio en los gustos de los consumidores. Este cambio se ha notado no solo en cómo han tenido que cambiar los productos, sino también en cómo han tenido que cambiar las herramientas que las marcas y las empresas usan para llegar a ellos.
Por otro lado, a medida que cuestiones como la transparencia se iban convirtiendo en cada vez más importantes en la estrategia de las marcas y en las expectativas de los consumidores, también se han ido simplificando las posiciones que ocupaban sus elementos gráficos.
Y, finalmente, el empuje de las nuevas tecnologías ha tenido un impacto en este cambio de diseño. Las empresas de nuevas tecnologías han sido las que han liderado el cambio y las que, gracias a su creciente influencia, han empujado al alza esta tendencia en diseño de logos. Pero, además, el propio terreno de juego que han creado ha tenido un efecto llamada. Los logos tienen que verse bien en cada vez más pantallas y más pequeñas y también tienen que funcionar en espacios como las redes sociales (donde se han convertido en la foto de perfil de las marcas). Para ello, tienen que ser limpios, asépticos y poco complicados.
Pero la tendencia a diseñar logos asépticos podría haber llegado ya a su momento de caída. Ha tenido su momento de gloria, ha crecido hasta convertirse en la nueva normalidad y ha quizás cruzado ya la línea de lo que está llamado a morir. Según acaba de señalar un estudio elaborado por LogoLounge, los diseñadores están empezando a cambiar la tendencia.
Los logos sans serif y la simplicidad máxima podrían tener los días contados. Como apuntan en las conclusiones del estudio, los diseñadores gráficos están empezando a traer de vuelta las tipografías serif porque están volviendo a crear logos más complejos y exuberantes. Lo están haciendo además porque se ha convertido en la manera de romper con la monotonía. Este tipo de logos son ahora los que no solo dan cierto encanto a la marca, sino los que consiguen que tenga personalidad en medio de la masa.
Algunas compañías - como por ejemplo la estadounidense Chobani - ya han cambiado del sans serif al serif para intentar reconquistar a sus consumidores.
El movimiento no es todavía masivo, pero está en esa fase en la que empiezan a asentarse las bases del cambio. El estudio se ha centrado en analizar las propuestas de 250.000 potenciales logos que pasaron por la plataforma que ha hecho el análisis. Los logos asépticos siguen estando muy presentes, pero las alternativas - la "revuelta", como la llama el responsable del estudio - empieza a notarse. Los logos con tipografías más complejas empiezan a entrar ya dentro de las propuestas y a hacerse notar.
Esto podría mostrar el agotamiento del modelo anterior, pero también ser una muestra más de cómo los cambios culturales y las tendencias de moda impactan en lo que se está haciendo en otras áreas. El experto explica a Quartz que el logo de la serie Stranger Things podría hacer sido una de las grandes influencias de esta nueva tendencia. La serie se ha convertido en un fenómeno cultural en los últimos tiempos y eso también se vería en el terreno del diseño, especialmente teniendo en cuenta que el logo está en la antítesis de lo que se consideraba bueno en los últimos tiempos y que evidencia aquello que se estaba perdiendo.
A eso se suma que quizás se esté a punto de cambiar la idea que se asociaba a las tipografías. Las sans serif se han estado viendo asociadas a la modernidad y las serif a la nostalgia y al pasado, pero quizás ahora empiecen a verse sin embargo estos últimos como más cálidos, más confortables.