Por Redacción - 21 Enero 2021
Hace unos días, Burger King presentó su nueva imagen corporativa. La cadena de comida rápida estrena nuevo logo, nuevo packaging y nuevo branding. El cambio de logo es el primero que realiza en 20 años y lo hace, como explicaba en la presentación, teniendo en cuenta su tradición en términos de imagen corporativa, pero también las necesidades del nuevo entorno digital. Es una imagen que funciona en la red.
Por supuesto, en la presentación hablaron de muchas cosas. Señalaron que es una imagen que quiere hacer que la gente "desee" su comida, que representa "más auténticamente" a la compañía y otros elementos por el estilo. Lo interesante en términos de evolución general de identidad corporativa y elementos de branding es, sin embargo, la esencia de esa imagen y sus características. La imagen es plana.
Es, como explica un analista en Medium, un ejemplo de Flat Design, la tendencia en diseño de imagen corporativa que se ha convertido en recurrente entre las nuevas identidades de las marcas. Burger King no ha sido - ni de lejos - la única compañía que ha anunciado en los últimos tiempos un rediseño.
Y la razón de ese diseño plano, de ese simplificar las imágenes y hacerlas menos dimensionales, está en la red. Como explica en su análisis Stephen Moore, el "flat desing" se ha convertido en tan común en los últimos tiempos y está tan presente que lo más probable es que ya ni nos llame la atención. Los consumidores no perciben nada diferente, simplemente procesan la información que reciben.
¿Qué tiene en común este tipo de diseño, que se aplica a todo tipo de imágenes corporativas empezando, por supuesto, por el logo? Las marcas dan prioridad a ciertos elementos. El primero es el apostar por ilustraciones en dos dimensiones. Los logos en relieve y más dimensionales se han ido eclipsando a lo largo de los últimos años y parecen ya, de hecho, algo un tanto pasado de moda.
El segundo es apostar por una cierta simplicidad. Se elimina todo el ruido visual posible tanto en detalles como en texturas. La imagen de marca es simple, sencilla, fácil de procesar. Es algo bastante lógico cuando se tiene en cuenta todo lo que la red obliga a hacer.
Las imágenes no pueden convertirse en simple ruido de fondo más - los consumidores están muy saturados ya - pero además debe verse bien en todos los escenarios de la red. Y, finalmente, las marcas están optando por colores llamativos, brillantes. Si hay que ser simple, por lo menos el color servirá como uno de los elementos de llamada.
La lista de marcas que hicieron rebrandings previos que siguen esa pauta incluye a muchas marcas, aunque sus orígenes están en las empresas de tecnología y, como casi parece ser la tónica en ese caso, en Apple. Apple fue la pionera a la hora de apostar por un diseño plano con iOS 7, la versión de su sistema operativo móvil lanzada en 2013.
Como recuerda el análisis, hasta ese momento los logos de las apps móviles intentaban ser lo más parecidos posibles a la realidad (de cierta manera) y tener similitudes con cómo eran las cosas. La papelera de reciclaje era una papelera, por ejemplo. Apple lo cambió cambiando la estética de las miniaturas de sus apps: pasaron a ser planas y en dos dimensiones, dejando atrás realismo por simplicidad.
Con ese tipo de imágenes, sin sombras y mucho más simples, la pantalla del móvil ganaba en limpieza y sencillez. Visualmente estaba menos cargada, pero además todo funcionaba mejor en términos generales. Cambiar de tamaño a esos logos era más fácil, así como adaptarlos a otras pantallas y otros tamaños.
Los consumidores se acostumbraron a ello y eso se convirtió en la norma. Ahora, el diseño plano es lo que marca las cosas en todas partes y en todas las áreas, identidad de marca incluida.
Los procesos de rebranding de múltiples marcas han ido incorporando estas ideas. Desde Instagram - lógico además, porque es una app - a Netflix, marcas de todo tipo han empezado a usar logos planos.