Por Redacción - 7 Noviembre 2024
En lo que va de 2024, millones de usuarios han sido objetivo de anuncios fraudulentos en plataformas como Instagram, Facebook y YouTube. Estos anuncios suplantan a medios de comunicación, distorsionan la imagen de figuras públicas sin su permiso y difunden estafas que afectan tanto a personas como a marcas. A pesar de las reiteradas denuncias y advertencias de los afectados, la problemática no solo persiste, sino que ha aumentado considerablemente.
El cantante David Bisbal se ha sumado a la creciente lista de figuras públicas cuyo nombre y rostro son utilizados sin su consentimiento en campañas de anuncios fraudulentos. En las últimas semanas, varios anuncios han circulado a través de YouTube, en los cuales se presenta al artista esposado o detenido, con titulares sensacionalistas que aseguran el "final de su carrera". Estos anuncios, que manipulan la imagen del cantante para captar la atención de los usuarios, buscan generar morbo y atraer clics, redirigiendo a páginas fraudulentas que, en muchos casos, están diseñadas para difundir estafas o productos falsificados.
Anteriormente, otros personajes famosos como Antonio Resines, David Broncano o Carlos Sobera se habían convertido en una de las principales víctimas, protagonizando miles anuncios falsos circulando. En estos anuncios, su imagen es manipulada para mostrar heridas en su rostro o incluso lo muestran calvo, buscando captar la atención de los usuarios con títulos como “Un día triste para España. Decimos adiós a Carlos Sobera”. Estos anuncios pueden ser fácilmente consultados a través de la Biblioteca de Anuncios de Meta, que muestra la publicidad pagada en sus plataformas.
Este tipo de contenido no solo daña la reputación de las celebridades, sino que también expone a los usuarios a riesgos, ya que los anuncios suelen redirigir a sitios web que intentan estafar a las personas mediante promesas falsas o productos inexistentes. Aunque este tipo de fraudes no es nuevo, la frecuencia y la sofisticación con la que se están llevando a cabo ha aumentado significativamente, especialmente en plataformas de gran alcance como YouTube.
Algunas investigaciones como la llevada a cabo por elDiario.es, revelaron que muchos de estos anuncios fraudulentos imitan medios de comunicación y sitios de noticias, redirigiendo a los usuarios a páginas que promocionan productos financieros o incluso estafas de ventas. A veces, los anuncios suplantan una portada de un medio, solo para redirigir a otra de manera desconcertante, lo que podría indicar que los cibercriminales están modificando sus tácticas para evadir el control de Meta.
El pasado mes de Marzo, Maldita.es recopiló ejemplos de anuncios fraudulentos, registrando un total de 165 publicaciones promocionadas en menos de tres meses. Tras analizarlos, se obtuvieron los siguientes resultados: los anuncios alcanzaron a una media de 368.000 usuarios y fueron visualizados al menos 76 millones de veces en total. El anuncio con más impresiones llegó a casi cuatro millones. La imagen de la cantante Lola Índigo fue la más utilizada, mientras que el medio más suplantado fue El País.
A pesar de la creciente alarma y las acciones legales por parte de las víctimas, la situación sigue empeorando. Los anuncios que manipulan imágenes de famosos para promover estafas continúan expandiéndose, afectando a miles de usuarios a través de las principales redes sociales. La lucha contra estos fraudes se intensifica, pero aún no hay respuestas claras de las plataformas involucradas.
El control de los anuncios fraudulentos en plataformas como YouTube, Instagram y Facebook se ve complicado por varios factores. Los cibercriminales constantemente cambian sus tácticas para evadir los sistemas de detección automática, creando anuncios que parecen legítimos o suplantan a medios de comunicación. Además, la enorme cantidad de anuncios que circulan en estas plataformas hace difícil revisarlos todos manualmente. A pesar de las políticas de moderación, la falta de responsabilidad consistente, la presión por generar ingresos a través de la publicidad y las diferencias en las leyes de cada país dificultan el control efectivo de estos fraudes.