Por Redacción - 27 Marzo 2013
La Asociación de Usuarios de la Comunicación ha pedido al Gobierno que se replantee el actual modelo de financiación de RTVE y contemple la vuelta “limitada” de la publicidad a RTVE, con el fin de asegurar la pervivencia de una televisión pública estatal sostenible, plural e independiente
AUC ya criticó en su momento el modelo instaurado en 2009, que eliminaba las comunicaciones comerciales en TVE a cambio de imponer un gravamen a las televisiones privadas y a los operadores de telecomunicaciones. Las previsibles consecuencias negativas del modelo no han hecho sino confirmarse con el tempo y ponen de relieve sus efectos perversos, que los propios “inventores” del modelo, los franceses, han tenido que revisar:
Por un lado, que las cadenas privadas paguen parte del coste de la televisión pública da que pensar en la posible presión de aquéllas sobre las parrillas de TVE, especialmente de La 1. Al fin y al cabo, esas cadenas están pagando para que la televisión pública compita con ellas a través de programas que perfectamente podrían emitir Antena 3 o Tele Cinco, con el consiguiente “desperdicio” de GRPs que no se traducen en retorno publicitario. El trasvase de espacios de éxito de la públicaa las privadas es un fenómeno ya consolidado.
Por otro, todo apunta a que la aportación de las telecos será impugnada a nivel europeo tanto para España como para Francia, con el problema que ello genera no sólo de extinción de una vía de ingresos, sino también de posible devolución de las cantidades aportadas.
Además, y ello supone también un efecto perverso, el único tipo de comunicación comercial permitido en TVE, el “patrocinio cultural”, se utiliza con un criterio cada vez más generoso, cuando no abusivo. Y habría que preguntarse si no sería más realista redefinir la presencia publicitaria en televisión que mirar para otro lado ante determinadas prácticas que rozan el fraude de ley.
En un momento de crisis galopante como el actual, parece dudoso que la financiación vía impuestos, con sus sucesivos recortes, vaya a ser suficiente para la sostenibilidad de la televisión pública, con el peligro de convertirla en una oferta marginal, sin contenidos atractivos ni posibilidad de explorar nuevas oportunidades de ingresos como los contenidos de pago. La vuelta limitada de la publicidad no es el Bálsamo de Fierabrás para un problema de más caldo (el papel del audiovisual público en la era digital), pero además de aportar recursos para el mantenimiento de TVE supondría una mayor independencia económica, que redundaría además en un reforzamiento de sus principales señas de identidad: la desgubernamentalización, el pluralismo y la participación social.