Por Redacción - 17 Febrero 2014
Los medios de comunicación tradicionales como la prensa escrita, han mantenido su reinado y hegemonía durante cientos de años. Desde que elprimer periódicoimpreso saliera a la luz en 1605, en la ciudad belga de Amberes, "el papel" se ha mantenido a lo largo de los años en el soporte por excelencia para la lectura diaria de información. Sin embargo, durante las últimas décadas, la evolución del medio internet y de los diarios digitales, ha revolucionado por completo el panorama de la información y el de un sector que se resiste a desprenderse de las cadenas que lo mantienen esclavo a su propio pasado.
Basta con recuperar las cifras del 2012, para comprender el impacto de los nuevos medios de comunicación y las nuevas tecnologías. Los datos de OJD de aquel entonces, revelaban importantes caídas de hasta el 25% en la venta de periódicos como el País. Un año más tarde, ya en 2013, los datos volvían de nuevo a reflejar de forma generaliza estas caídas, con una media superior al 12% entre los medios generalistas de la prensa escrita.
De forma paralela a estas caídas, la inversión publicitaria también se ha visto mermada en estos medios. Los diferentes informes que podemos encontrar en este sentido, señalan a los medios impresos como los grandes perdedores en la batalla por la inversión publicitaria. Año tras año, siguen produciéndose descensos en sus ingresos publicitarios haciendo evidente como también, marcas y anunciantes han dejado de apostar por la prensa tradicional para mover su gasto a otros medios como internet.
Las caídas en ventas y publicidad son la señal más evidente de la decadencia de los medios de prensa escrita que pretenden seguir reinando también en internet aunque sin realizar sacrificio alguno. Las grandes cabeceras temen a la extendidacultura de lo gratuito. Y cuando aquello de cobrar por la información parece no ser suficiente, otros acuden al rescate con nuevas leyes a medida que lejos de generar un beneficio real, buscan como ha sido siempre, monopolizar el poder de la información.
En anteriores ocasiones, ya hemos abordado temas relacionados como "la era de los micropagos", o "El futuro incierto de los medios de comunicación y el acceso a la información". Sin embargo, tales teorías nunca tuvieron en cuenta escenarios como los que acontecen. La noticia sobre las intenciones del propio Ministro Wert, que ahora plantea que los editores puedan cobrar a agregadores como Google News por citar contenidos ha desatado una gran polémica.El Consejo de Ministros ya ha aprobado el texto de reforma de la Ley de la Propiedad Intelectual (LPI), paso previo a su tramitación parlamentaria.
No faltan las voces y opiniones como la de del propioRicardo Galli, fundador de meneame.net quién considera que esta propuesta perjudica mucho más económicamente a los medios que a los propios agregadores. De hecho, desde el propio blog de este popular agregador, han demostrado como los medios más allá de sentirse perjudicados, son beneficiados por este tipo de sitios web.
El fondo del asunto reside básicamente en la falta de viabilidad de los actuales modelos de negocio de los grandes medios, que a día de hoy, hace insostenible el mantenimiento de sus mega-infraestructuras con el papel herido de muerte. Y esta es una propuesta a medida para salir al rescate del último imperio de la comunicación tradicional.
De hecho, este tipo de tasas estarían gestionadas a través de CEDRO, la entidad de gestión de derechos de propiedad intelectualque posteriormente repartirá en teoría, los beneficios por dichas tasas entre sus socios. Al igual que ocurre actualmente con la propia SGAE y que como suele ocurrir, termina beneficiando a los mismos de siempre o solo a unos pocos.
La fórmula corresponde a la respuesta general de los hábitos de las audiencias pero sin contemplar sus preferencias e intereses. Es decir, descartando las fórmulas de pago ante la certeza de que con ellas no podrían proliferar, y utilizando en su lugar, un "impuesto" que seguramente dará mucho de qué hablar.