Por Redacción - 15 Enero 2024
La revolución digital ha transformado la forma en que consumimos contenido audiovisual, y Netflix se erige como líder indiscutible en el competitivo mundo del streaming, con cerca de 250 millones de suscriptores según los últimos datos de 2023. Sin embargo, su estrategia para mantenerse en la cima ha sorprendido a muchos: un plan de suscripción con publicidad que ha conquistado a más de 23 millones de usuarios mensuales.
La competencia feroz entre plataformas de streaming ha llevado a una saturación de contenido exclusivo, obligando a los usuarios a suscribirse a múltiples servicios para acceder a sus programas y películas favoritas. Netflix, consciente de este inconveniente, ha optado por innovar, eliminando las cuentas compartidas y lanzando un modelo de suscripción con publicidad más asequible. El resultado ha sido un aumento sorprendente de usuarios en tan solo dos meses.
Sin embargo, el éxito de este plan no implica necesariamente que los usuarios estén prestando atención a los anuncios. Distintas razones respaldan la elección de suscribirse al plan con publicidad. En primer lugar, el factor económico: el plan con anuncios es considerablemente más barato que las suscripciones sin publicidad, atrayendo a aquellos usuarios que buscan ahorrar dinero en tiempos de constantes aumentos de precios.
Otro motivo relevante es la disponibilidad de contenido. Netflix ha tomado medidas drásticas al eliminar algunas de sus series y películas más populares de los planes sin publicidad, obligando a los usuarios a migrar al plan con anuncios si desean seguir disfrutando de ese contenido exclusivo. La estrategia de la plataforma se centra en equilibrar la balanza entre los ingresos y la satisfacción del usuario.
Surge entonces la pregunta de si los usuarios realmente están prestando atención a los anuncios. Diferentes estudios demuestran que los usuarios son más propensos a recordar anuncios relevantes para sus intereses, sugiriendo una atención selectiva. Por otro lado, también se evidencia que los usuarios tienden a ignorar los anuncios y que aceptan las interrupciones para obtener ventajas en los precios.
Esta dualidad en el comportamiento de los usuarios frente a la publicidad plantea una serie de interrogantes sobre la verdadera relación que establecen con los anuncios en plataformas como Netflix. En este sentido, diferentes estudios han arrojado luz sobre el comportamiento de los usuarios ante la publicidad digital. Un hallazgo relevante es que los usuarios tienden a recordar con mayor facilidad aquellos anuncios que se alinean con sus intereses particulares. Esto sugiere una forma de atención selectiva, donde los espectadores se enfocan en aquellos mensajes publicitarios que de alguna manera resuenan con sus preferencias y necesidades individuales. No obstante, esta atención selectiva no es el único patrón observado en el comportamiento de los usuarios. Una realidad innegable es que, en un gran porcentaje de casos, si no la mayoría de los espectadores, parecen inclinarse hacia la indiferencia frente a los anuncios. Es decir, a pesar de la presencia de estrategias publicitarias, los usuarios optan por ignorar activamente los mensajes promocionales que interrumpen su experiencia de visualización.
Según los datos y observaciones, la aceptación de estas interrupciones publicitarias, no surge necesariamente de un interés genuino en los anuncios en sí, sino más bien como una concesión que los usuarios están dispuestos a hacer para obtener ventajas económicas. Es decir, están dispuestos a tolerar la intrusión publicitaria si ello se traduce en beneficios como tarifas de suscripción más asequibles.
Sin embargo, esta compleja dinámica pone de manifiesto la polaridad de la relación entre los usuarios y la publicidad en plataformas de streaming como Netflix. Mientras que la atención selectiva sugiere que existe un espacio para la efectividad publicitaria, la tendencia a la indiferencia y la tolerancia a las interrupciones resaltan una realidad que revela que los usuarios pueden estar más orientados hacia el pragmatismo financiero que hacia un auténtico interés en los mensajes publicitarios.
En última instancia, la percepción y la respuesta de los usuarios a la publicidad en el entorno digital son fenómenos dinámicos y contextualmente dependientes. Las marcas y anunciantes deben ser conscientes de esta complejidad al desarrollar estrategias publicitarias, reconociendo que la efectividad no solo se mide por la visibilidad de los anuncios, sino también por la capacidad de generar interés genuino y conexiones significativas con su audiencia.
Lo que no se puede negar, es la forma en la que la publicidad ha evolucionado, abandonando el antiguo paradigma de la "exposición" para enfocarse en la "percepción" y la "relevancia".
Los anunciantes reconocen que la exposición ya no es el único factor determinante en un entorno saturado de información y entretenimiento. La resistencia de los usuarios a las interrupciones publicitarias se vuelve evidente al observar cómo han evolucionado las estrategias de las plataformas de streaming. Los incrementos de precios en los planes tradicionales han llevado a la aparición de opciones con publicidad, que, aunque menos costosas, plantean la interrogante de si los usuarios realmente están comprometidos con los anuncios o si simplemente los toleran como un mal necesario para obtener tarifas más accesibles.
Las tácticas empleadas por muchas empresas de publicidad también contribuyen a la percepción ambigua de la efectividad de los anuncios. El uso de datos engañosos o términos y datos poco claros, crean una ilusión de éxito que puede no reflejar la realidad. Las agencias de medios y empresas de publicidad venden la idea de que los anuncios se ven, aunque la mayoría de las veces los usuarios simplemente los ignoran. En este caso, la conclusión es clara: Los anunciantes pagan la fiesta mientras los usuarios reciben beneficios y Netflix se llena los bolsillos. El hecho de que este tipo de publicidad no genere atención, no sea efectiva o sea ignorada se puede solucionar repitiendo algunos mantras.