Por Redacción - 18 Julio 2024
Taboola, Outbrain o AdRoll entre otras, son algunos de los nombres de las redes de publicidad nativa más conocidas por sus recomendaciones de contenido. Sin embargo, en diferentes ocasiones, han sido objeto de críticas por su impacto negativo en la experiencia del usuario en medios y páginas de internet. Aunque su objetivo es captar la atención de los usuarios y aumentar el tráfico web para los anunciantes, sus métodos han generado controversia y malestar entre los internautas. Todas ellas han contribuido a esta destrucción de la experiencia de usuario consensuada evidentemente por los grandes periódicos y medios digitales de internet.
Una de las principales críticas hacia este tipo de redes publicitarias radica en la calidad de sus anuncios o del contenido que recomiendan. Con frecuencia, estas recomendaciones incluyen artículos de baja calidad, sensacionalistas o poco informativos, diseñados primordialmente para atraer clics más que para ofrecer un valor real a los lectores. Este enfoque no solo desvirtúa el propósito de la publicidad nativa, que debería integrarse de manera armoniosa con el contenido editorial, sino que también puede perjudicar la reputación de los sitios web que alojan estos anuncios. Los usuarios, al encontrarse con contenido de poca relevancia o dudosa calidad, pueden desarrollar una percepción negativa del medio en cuestión.
Un alto porcentaje de los medios digitales donde podemos ver este tipo de anuncios, además de entorpecer la experiencia de usuario, no tienen integraciones optimizadas o no disponen de controles ni limitaciones adecuadas, generando tiempos de carga más lentos o una navegación frustrante. Estos problemas técnicos, sumado a sus intrusivos anuncios, no solo afectan la usabilidad del sitio, sino que también pueden llevar a una disminución en el tiempo de permanencia del usuario y en la fidelidad hacia la página. Además, la falta de control sobre la cantidad y el tipo de anuncios puede provocar una saturación visual y cognitiva, alejando aún más a los lectores de la experiencia que originalmente buscaban.
La calidad y relevancia de las recomendaciones suelen dejar mucho que desear
A menudo, los enlaces sugeridos por estas redes publicitarias no guardan relación alguna con el contenido que el usuario está leyendo, lo que genera una experiencia de navegación disonante y poco satisfactoria. Este desajuste entre el contenido editorial y las recomendaciones publicitarias puede frustrar al usuario, que busca información coherente y relevante en su recorrido digital. Además, estos "widgets" o bloques de anuncios resultan molestos y ocupan un espacio considerable en las páginas web, lo que se torna especialmente tedioso en la navegación móvil, donde el espacio en pantalla es limitado. Este problema se agrava aún más, afectando negativamente la experiencia de navegación y, en algunos casos, provocando la salida prematura del usuario del sitio.
La proliferación de este tipo anuncios también ha planteado interrogantes sobre la ética y la transparencia en la publicidad digital.
La línea entre el contenido editorial y el contenido patrocinado se vuelve borrosa, lo que puede llevar a los usuarios a hacer clic en enlaces sin darse cuenta de que se trata de anuncios que nada tienen que ver con lo anunciado. Esta falta de claridad no solo socava la confianza del usuario en el medio, sino que también pone en cuestión la integridad del periodismo digital.
Sin duda los propios medios tienen una responsabilidad significativa en el deterioro de la reputación de la publicidad online y la experiencia del usuario en los medios digitales. Muchos medios digitales han optado por integrar plataformas de publicidad nativas de manera extensiva sin establecer suficientes controles sobre la calidad y la relevancia del contenido promocionado. Esto ha resultado en la aparición de anuncios sensacionalistas, engañosos o de baja calidad que afectan la credibilidad del medio y decepcionan a los lectores que buscan información confiable y valiosa. Además, la búsqueda de maximizar los ingresos publicitarios ha llevado a algunos medios a priorizar la cantidad de anuncios sobre la calidad de la experiencia del usuario. La sobreexposición a estos anuncios y su integración intrusiva en la navegación web pueden dificultar la lectura y la navegación fluida, lo que repercute directamente en la satisfacción y fidelidad de los usuarios.
Otro aspecto clave es la falta de transparencia en cómo los medios divulgan y gestionan su relación con estas plataformas publicitarias. La opacidad en los acuerdos comerciales y la manera en que se manejan los datos de los usuarios para la segmentación de anuncios también contribuye a la percepción negativa del público sobre la ética de los medios y su compromiso con la integridad editorial.
Medios y cabeceras digitales españoles como Elmundo.es, Marca.com, As.com o huffingtonpost.es donde podemos contar hasta 21 de estos anuncios por página, son algunos de los muchos ejemplos de como es tipo de bloques publicitarios mal integrados y optimizados, pueden arruinar la experiencia de cualquier visitante. En el caso específico de Sky News, los anuncios servidos por Outbrain utilizan la información de localización de los usuarios para mostrar anuncios especialmente dudosos y engañosos. Estos anuncios a menudo redirigen a los usuarios a páginas externas que solo contienen nuevos anuncios, exacerbando aún más la frustración y afectando negativamente no sola a la experiencia del usuario sino a la reputación de la publicidad online. Curiosamente, algunos competidores de Outbrain han alegado que la empresa utiliza prácticas anticompetitivas para obtener una ventaja injusta en el mercado. Por ejemplo, se ha acusado a Outbrain de ofrecer descuentos a los editores que excluyen de su plataforma a los competidores de Outbrain.
En 2017, Taboola enfrentó una demanda colectiva presentada por consumidores que acusaban a la empresa de publicar anuncios engañosos en su plataforma. La demanda, que se resolvió en 2018 por un monto no revelado, marcó uno de los primeros grandes conflictos legales para la compañía. El año siguiente, la Comisión Federal de Comercio (FTC) de Estados Unidos inició una investigación sobre las prácticas anticompetitivas de Taboola. Esta investigación, que sigue en curso, ha mantenido a la empresa bajo el escrutinio regulador, señalando posibles violaciones en las normativas de competencia.
En 2019, Taboola fue nuevamente demandada, esta vez por defensores de la privacidad que la acusaron de recopilar y compartir datos de usuarios sin su consentimiento. Esta demanda se resolvió en 2020, también por un monto no revelado, pero resaltó las crecientes preocupaciones sobre las prácticas de manejo de datos de la empresa. Otro conflicto surgió en 2021 cuando un editor de noticias demandó a Taboola por incumplimiento de contrato. Este caso todavía está en curso, lo que añade otra capa de complejidad a los desafíos legales de la compañía.
Taboola ha sido repetidamente criticada por su falta de transparencia sobre cómo funciona su plataforma y cómo se utilizan los datos de los usuarios. Estas críticas incluyen quejas sobre la dificultad que enfrentan los usuarios para rastrear y controlar sus datos, lo que ha afectado la confianza en la empresa. Además, la seguridad de los datos en la plataforma de Taboola ha sido una preocupación constante. Varias filtraciones de datos han puesto en duda la capacidad de la empresa para proteger la información de sus usuarios, intensificando el escrutinio sobre sus prácticas de seguridad.
Por su parte, Outbrain también ha sido criticada por su forma de recopilar y utilizar los datos de los usuarios. Algunas personas han alegado que Outbrain recopila datos de los usuarios sin su consentimiento o conocimiento, y que utiliza estos datos para dirigir anuncios dirigidos a los usuarios sin su permiso. La compañía también ha sido señalada de publicar anuncios engañosos que inducen a error a los consumidores. Por ejemplo, utilizando anuncios que parecen ser artículos de noticias, pero que en realidad son anuncios pagados. Evidentemente Outbrain ha negado todas las acusaciones de irregularidades y ha declarado que cumple con todas las leyes y regulaciones aplicables.
A pesar de las críticas y problemas legales, este tipo de empresas siguen siendo las plataformas de publicidad nativa más populares del mundo, trabajando con miles de editores y anunciantes, y llegando a millones de usuarios cada día. Sin embargo, mientras unos hablan de crear experiencias memorables, a otros, no les importa convertir sus propios medios en un infierno.