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Lo que el Ministerio del Tiempo y otros demuestran sobre cómo cambian las audiencias

El Ministerio del Tiempo llegó a las pantallas en la temporada televisiva pasada y tras una primera temporada fue renovado porque sus espectadores se organizaron en redes sociales

Por Redacción - 16 Mayo 2016

A lo largo de la historia de la televisión, el éxito o el fracaso de un programa de televisión se medía por los números de audiencia que arrojaban los audímetros. El sistema se implantó en los años 60 (a España llegó en los 80, cuando la apertura de la televisión a nuevos canales hizo necesario saber realmente qué estaba viendo la gente) y fue el único método que existía para saber qué ocurría hasta no hace mucho. Los índices de share eran los tiranos de la parrilla y los que empujaban a un programa al éxito o al fracaso. Un pinchazo y uno desaparecía de la parrilla televisiva.

Sin embargo, el paso del tiempo, los cambios en los hábitos de consumo y la evolución tecnológica han hecho que las cosas se vean un poco diferente y que el audímetro como tirano de la audiencia haya empezado a ponerse en entredicho. Para empezar, el propio sistema pareció desde un principio no tan sofisticado y sobre todo con demasiado potencial para ser manipulable. "La verdad es que después de usarlo, me fío menos aún de las audiencias", le explicaba Gloria, una usuaria con un audímetro en casa a la experta en televisión Mariona Cubells en un evento (Cubells recoge la anécdota en ¿Y tú que miras?, un libro sobre el consumo de televisión en España). "Yo puedo hacer lo que quiera, poner un número en todas las teles que hay en casa cuando todos están de paseo o poner un número equivocado", añadía.

Cierto es que en general los consumidores no tienen ningún interés en engañar al audímetro (al final no ganan nada con ello), pero la cuestión está ahí y hace que el sistema se vea por algunos con cierto resquemor. En uno de los últimos capítulos de El Ministerio del Tiempo (la serie que está haciendo que el debate sobre las audiencias sea mucho más recurrente en España), usaban la idea como elemento para una de las tramas. "Invitamos a todos los que tenían audímetro en casa a un crucero", explica Ernesto, uno de los mandamases del ministerio, para explicar cómo se deshicieron de un programa de televisión, "mientras estaban fuera nuestros agentes entraban en sus casas y conectaban La 2". Y así una película de Garci consiguió su máximo histórico de audiencia? y con la gracia dejan caer una de las cuestiones que siempre se han criticado del sistema.

Los audímetros se han quedado además obsoletos. El hecho de que la televisión se haya digitalizado ha abierto de hecho las puertas a la posibilidad de crear métodos mucho más precisos para saber qué está viendo la audiencia pero es que, además, las marcas ya no quieren realmente los datos que los audímetros ofrecen. Ahora mismo, exigen mucha más información, al menos eso es lo que está pasando a nivel generalizado y es lo que está modificando la estrategia de mercado en Estados Unidos, que es donde suelen producirse esos cambios antes y desde donde suelen exportarse al resto del mundo. Allí las grandes marcas no solo están pidiendo información mucho más detallada sobre las audiencias sino que están pidiendo poder comprar publicidad programática y eso es algo que no se puede hacer con los sistemas actuales.

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