Por Redacción - 16 Enero 2017
Lo que ocurre en los medios de comunicación es algo muy importante para las marcas, ya que de lo que ellos hacen y de cómo ellos llegan a los consumidores depende el cómo, cuándo y de qué manera llegarán los anuncios que posicionan en estas herramientas a sus consumidores. Las marcas, por tanto, tienen que estar muy al día de lo que están haciendo los medios de comunicación y de aquellas tendencias que están impactando en cómo conectan con los usuarios, sus al fin y al cabo potenciales consumidores.
¿Qué es lo que ha cambiado en los medios de comunicación durante 2016 y ha hecho que 2017 vaya a empezar de un modo diferente? Un reciente análisis en AdWeek permitía establecer ciertos parámetros sobre lo que ha cambiado.
Los grandes medios tienen que ser capaces de comprender por dónde irá la tecnología y cómo cambiará el modo de recibir información si quieren seguir conectando con los consumidores y si esperan continuar logrando buenos resultados. Es un o ajustarse a los nuevos tiempos o morir, al fin y al cabo. Por ello, los medios están intentando ajustarse a lo que el móvil está imponiendo y buscando cómo aprovechar el tirón de las nuevas herramientas tecnológicas, como apps y nuevas tecnologías. Algunas cabeceras han empezado a crear contenidos específicos para realidad aumentada o realidad virtual y otros han creado equipos para desarrollar soluciones para los nuevos escenarios, como los asistentes de voz.
Tener una cuenta con éxito en YouTube ya no es suficiente: las estrellas de las redes sociales han decidido diversificar el negocio y dejar de tener todos sus huevos en la misma cesta, lo que ha hecho que durante 2016 dejen de usar de forma específica y limitada sus propios canales en redes sociales y a entrar en el escenario de los medios. Unos cuantos de ellos han sido fichados por los medios, otros han creado series y otros han lanzado libros y otros productos derivados. Sea como sea, su existencia y su actividad tienen límites cada vez más borrosos en lo que a relación con los medios se refiere.
No es una novedad que este punto se incluya en la lista si se tiene en cuenta que se ha convertido en una de las grandes tendencias de los últimos tiempos y una de las que ha generado más debates, críticas y análisis en los últimos días y en las últimas semanas. El problema no es nuevo (los bulos han estado siempre ahí), pero las redes sociales han amplificado su alcance y las han convertido en un elemento cada vez más poderoso y que ha salpicado cada vez más a los medios, a quienes esta no-información les está robando lectores, peso y también anunciantes (algunos de los medios de noticias falsos que nacieron al calor de la campaña estadounidense hicieron miles y miles de dólares). ¿Qué están haciendo los medios? Básicamente esperar a que las redes sociales tomen cartas en el asunto y penalicen a esos contenidos.
O lo que es lo mismo: tras años de intentar convencer a los internautas de que se suscribiesen a sus medios, los medios online han visto como esto ocurría no por lo que ellos hacen o dicen sino por lo que ocurría a su alrededor. Los hechos del contexto político de 2016 han empujado las suscripciones a los medios de pago, una especie de pago militante y, sobre todo, un cambio que demuestra que los internautas también quieren contenidos de calidad. Tras la victoria de Trump, las suscripciones a The Wall Street Journal subieron un 300% solo en el día después y The New York Times ganó 132.000 suscriptores.
El movimiento se está viendo sobre todo en Estados Unidos, aunque no es algo que solo afecte a ese mercado o que solo vaya a tener un impacto allí. De hecho, una de las compañías que protagoniza una de las grandes adquisiciones es de origen holandés. Si a eso se suma que el mercado de los medios de comunicación estadounidenses suele mostrar lo que ocurrirá luego en el resto de mercados, se puede comprender la importancia de la tendencia. Los grandes medios y las grandes cabeceras están siendo compradas y están protagonizando movimientos de fusión (firmas del terreno de las telecomunicaciones están comprando grupos mediáticos), que cambiarán quién posee esas cabeceras y que podría impactar en cómo se organiza el mercado.
No solo se trata del dato, ya tantas veces analizado, de que cada vez los consumidores están abandonando más y más el consumo de contenidos televisivos a la manera tradicional y que esto les está llevando a modificar pautas de consumo (en EEUU es el boom de los "cord cutters", los cortadores de cable, que ya no se dan de alta en el cable) sino que además está teniendo un efecto en la propia estrategia de las empresas del sector. Los grandes canales de televisión están empezando a crear sus propias ofertas VoD.