Por Redacción - 22 Septiembre 2021
El auge de las redes sociales, los portales de internet y la accesibilidad permanente a la red a través de los teléfonos móviles, tabletas y ordenadores han propiciado un consumo permanente de noticias e informaciones que puede perjudicar de forma grave la calidad de la información que reciben los usuarios, especialmente en el ámbito político.
Esta es una de las principales conclusiones de una reciente investigación en la que han participado expertas de la Universitat Internacional de Catalunya (UIC Barcelona) y de la Universitat Oberta de Catalunya (UOC). Este trabajo analiza el consumo de noticias políticas y su calidad informativa en diecisiete países europeos y alerta sobre los posibles perjuicios que puede provocar la ingente cantidad de fuentes en los entornos digitales y las dificultades que genera en el procesamiento de la información.
"La calidad importa más que la cantidad, por lo que los individuos que se informan a través de medios de comunicación tradicionales, como los periódicos o los principales canales de televisión, con procesos de producción de noticias muy profesionalizados, suelen tener un conocimiento político mayor que otros consumidores de noticias", detallan las autoras del trabajo Laia Castro, profesora de la Facultad de Ciencias de la Comunicación de la UIC Barcelona e investigadora posdoctoral de la Universidad de Zúrich, en Suiza, y Ana Sofía Cardenal, profesora en los Estudios de Derecho y Ciencia Política de la UOC e investigadora principal para España del proyecto del consorcio NORFACE Las amenazas y las oportunidades de un entorno político informativo cambiante, junto con otros investigadores.
"No todas las dietas de noticias son "saludables" e informativas. De hecho, en el contexto informativo, más no es necesariamente sinónimo de mejor", incide Castro.
Además, en esta investigación, las autoras han descrito cinco perfiles tipo de consumidores de noticias en el contexto europeo, tras un análisis de más de 28.000 personas en 17 estados. Estos perfiles se pueden agrupar en minimalistas, aquellas personas consumidoras ocasionales de noticias e información política; consumidores de noticias a través de redes sociales; tradicionalistas, personas que acuden a medios tradicionales y la televisión pública para informarse; buscadores de noticias en línea, aquellos usuarios que buscan activamente noticias tanto en redes como accediendo directamente a medios de información en línea de forma selectiva, y "superconsumidores" de noticias, personas que se exponen a todo tipo de medios con mucha frecuencia.
"Los usuarios que demuestran más conocimiento político son aquellos que se informan a través de medios tradicionales y con equipos profesionales muy consolidados, pero también las personas que buscan activamente y acceden a información en línea de forma selectiva", explican las expertas. En cambio, los considerados "superconsumidores de noticias" no parece que acaben de consolidar todo lo que leen ni la información que reciben, por lo que sus niveles de conocimiento político son menores.
De este modo, la probabilidad de pertenecer al grupo de tradicionalistas es mayor en países del norte y el centro de Europa que en países del sur y el este de Europa, una región en la que es mucho más frecuente el perfil de buscadores de noticias en línea. "Los usuarios tradicionalistas suelen tener más conocimiento político que el resto de los consumidores de noticias prácticamente en toda Europa, mientras que en aquellos países donde hay un mayor número de buscadores de noticias en línea -como Grecia, España, Italia, Polonia, Rumanía, etc.-, este tipo de "dietas de noticias" en línea son menos informativas, por lo que están asociadas a individuos con un menor conocimiento político", detallan las expertas.
En el caso del Estado español, la principal tendencia es que existen muchos más consumidores de noticias en línea que en otros países. "El consumidor medio en el Estado español no muestra niveles de conocimiento político más elevados que otros usuarios, ya que en España los que más conocimiento tienen son los tradicionalistas. Además, en España existe un grupo mayor de hiperconsumidores de noticias que en otros países, pero estos consumidores no asimilan todo lo que leen", recalca Castro.
Otro de los aspectos destacados en esta investigación muestra que la proliferación y popularización de las redes sociales han generado una "avalancha de información" y un flujo constante de noticias que podría estar teniendo efectos negativos para algunos consumidores. Es más, las personas que utilizan infinidad de fuentes y aprovechan al máximo este nuevo ecosistema digital están teniendo dificultades para procesar la información.
"El volumen ingente de información hace que los superconsumidores de noticias aprendan y se informen menos y posiblemente peor que otros usuarios de noticias", subraya Cardenal.
En este sentido, las autoras de esta investigación concluyen que los medios de comunicación que ofrecen una información de calidad deben tener un "efecto ecológico" sobre otros medios y sobre la calidad de las noticias en el contexto de cada país.
"En los países con servicios de televisión pública fuertes, bien financiados e independientes o en países con muchas suscripciones a periódicos tradicionales y periodismo de interés público, los consumidores de noticias suelen estar más informados que en otros países del arco mediterráneo, una región en la que los medios gratuitos en línea juegan un papel más importante, como son Grecia, España o Italia", analiza Castro.
Así, los consumidores que tienden a consumir medios tradicionales no solo tienen más conocimiento político, sino también más interés político, más educación o más confianza en los medios que los que se informan fundamentalmente a través de las redes sociales. "Este contexto podría apuntar a la mayor calidad de la información que ofrecen medios tradicionales en contraposición a la calidad de muchas de las noticias que corren por las redes sociales", concluyen las autoras de este trabajo.
Esta investigación de la UOC favorece los objetivos de desarrollo sostenible (ODS) 12, producción y consumo responsables, y 4, educación de calidad.