Desde hacetiempo venimos debatiendo sobre el futuro incierto de los códigos QR. Para algunos es sólo una tecnología más que redirige a un sitio web y no logrará sobrevivir en este mundillo de imparable innovación. Para otros, si se usa adecuadamente, los códigos QR tienen su hueco y es nuestra misión como agencia saber aprovecharlo. Por eso nos sentamos a pensar.
Como punto de partida, algunos datos. Según el Mobile Future in Focus de Comscore, sólo el 11,9% de los usuarios de smartphone españoles utiliza códigos QR.
En otros países de Europa, como Alemania, Francia y Reino Unido el porcentaje de uso es superior. Por otro lado, solo un 51% de los móviles en España son smartphones. Por tanto, parece evidente que existe un potencial de crecimiento en cuanto a la penetración de teléfonos inteligentes y uso de códigos QR. De hecho, según el último Estudio de Comunicación Digital de IAB, un 21% de las agencias españolas invierten ya en códigos QR.
Los códigos QR permiten, por ejemplo, activar una descarga de software, dirigir a un site, aportar información, activar una llamada telefónica… La clave de su éxito está principalmente en la curiosidad innata al ser humano que querrá saber qué se esconde detrás del pequeño cuadrado encriptado.
Entonces, ¿dónde está el problema? Principalmente en su mal uso, que provoca frustración en el usuario y mata esta curiosidad para futuras ocasiones. Un error habitual es colocar el QR en un lugar sin red, por ejemplo, una estación de metro sin wifi ni 3G. Ese código QR nunca se podrá leer.
Otro motivo que puede llevar al fracaso en el uso de códigos QR es la saturación. Están de moda. Y la forma de luchar contra esto es ser creativos y, sobre todo, aportar valor al usuario, para conseguir destacar.
Lo que parece claro es que no podemos incluir los código QR en todas las campañas simplemente porque esté de moda. El QR debe estar incluido dentro de una estrategia y perseguir unos objetivos concretos.
Usúe Madinaveitia, directora de Comunidades de Marca de la agencia 101, especializada en marketing digital, nos ofrece un pequeño decálogo de actuación para su buen uso: