Por Redacción - 8 Marzo 2013
Los códigos QR (quick response) han abierto todo un nuevo escenario para que las empresas incrementen y puedan además medir sus interacciones con los consumidores. Ante tales ventajas, no debe sorprendernos que su popularidad esté creciendo año tras año.
Inicialmente desarrollados en Japón para seguir los procesos de montaje de automóviles, estos códigos bidimensionales se han extendido por toda una variedad notable de industrias, entre ellas la publicidad. En un reciente estudio de ClickZ.com, se muestra como su popularidad ha alcanzado importantes niveles. Entre junio de 2011 y junio de 2012, los consumidores que escanearon códigos QR lo hicieron en un 400% más. Junio de 2012 también vio cómo se escaneaba un promedio de 120 códigos por minuto, y como se incorporaban 4 millones de consumidores a esta práctica.
Con el objetivo de medir el impacto de los códigos QR, Pitney Bowes ha llevado a cabo una encuesta entre consumidores de Alemania, Estados Unidos, Francia y Reino Unido acerca de sus experiencias con ellos.
Los resultados muestran que aproximadamente el 15% de los participantes habían usado códigos QR anteriormente. También revelaron un mayor uso en los EE.UU. que en los países europeos, con un 19% de los consumidores norteamericanos habiendo usado los códigos QR. Frente a ellos, el 15% de los consumidores del Reino Unido, el 14% de Alemania y el 12% de Francia. La consultora Forrester Research predice que su número continuará en aumento en todo el mundo en paralelo al número de usuarios de smartphones, que para 2016 se espera que supere los 1.000 millones globalmente.
Entonces, ¿quiénes usan los códigos QR? Según el estudio, los códigos tienen una importante presencia entre el grupo de edad de los 18 a 24 años, con un 27% de ellos usándolos. También hay un alto nivel de uso en el grupo de edad de entre 25 y 34 años en cada uno de los países de la encuesta.
Con todo este crecimiento, no sorprende que las empresas miren cada vez más a esta herramienta dotada de un gran potencial de marketing. Pero, ¿cuál es la mejor forma de usar estos códigos? Aunque pueden ser situados en prácticamente todos los lugares imaginables, eso no debe ser una excusa para colocarlos en cualquier lugar. El uso está haciendo que aparezcan una claras líneas en este sentido.
Los estudios muestran que, de modo generalizado, la mayoría de las capturas de códigos QR se realizan en publicaciones impresas. El estudio de Pitney Bowes nos revela también que son las revistas, con un 15%, seguidas de los carteles y correo, con un 13%, donde se consiguen unos niveles más altos de interacción.
Esto es así porque los códigos QR consiguen reducir la brecha existente entre los medios físicos y digitales, haciendo que los usuarios den el salto desde un anuncio impreso directamente a la web, y las muchas posibilidades que internet ofrece. El engagement digital permite también realizar un seguimiento rápido y fácil del éxito de la publicidad.
En concreto, muchas aplicaciones para códigos QR incluyen capacidades de seguimiento y análisis, lo que permite a las empresas beneficiarse de toda un rica cantidad de información sobre el éxito y progresos de sus campañas.
A medida que los códigos QR son más populares, las empresas están aprendiendo a optimizar y medir su éxito más eficazmente. Están aprendiendo a dirigirse a segmentos de clientes que disponen de smartphones y a utilizar la información obtenida sobre su edad, hábitos de compra, así como los medios de comunicación preferidos, para poder crear mejores y más efectivas campañas de marketing.
De forma similar, el software de localización permite a las empresas identificar áreas preferentes donde ubicar sus códigos QR, de modo que códigos y campañas se dirijan hacia los objetivos correctos.