Por Redacción - 30 Septiembre 2013
¿Quién? Un hombre joven, de entre 18-30 años, y con ingresos superiores a los 30.000 dólares. No deja de ser un perfil estadístico, una media, pero da una idea del tipo de persona más proclive a usar los servicios de localización.
Con la proliferación imparable de teléfonos inteligentes, se ha disparado su uso para obtener información tan útil como qué restaurantes tengo más cerca para tomar un tentempié, o cuál es el horario de la ferretería más cercana. El 63% de los smartphones tienen GPS y, según un reciente estudio de Econsultancy Multichannel Retail Survey, el 44% de sus propietarios lo ha utilizado para buscar detalles de los comercios que tienemás cerca. Oportunidades, que bien aprovechadas por los comercios, utilizando las redes adecuadas, pueden repercutir muy positivamente en sus cuentas de resultados.
Es cierto que ha entrado en declive el uso del check-in en locales. Ya sólo lo hace un pequeño 12% de los propietarios de smartphone, frente al 18% de hace un año. No parece que esa sea la vía que vaya a consolidarse. ¿Hasta qué punto tiene sentido para el consumidor más allá de comunicar a los contactos y al mundo entero dónde se encuentra en cada momento? Es por ello que el acceso a servicios basados en la localización se ha convertido en un fenómeno más común que el etiquetado de lugares o el check-in desde los móviles.
Y aquí enlazamos conla respuesta a la segunda pregunta, ¿para qué?Sencillamente porque sí tiene utilidad para el usuario más allá de anunciar a los amigos dónde estamos y adónde nos dirigimos. Un 75% de los usuarios de smartphones acceden a los servicios de localización, más los hombres que las mujeres, según el estudio de Pew. El uso está bastante extendido en todos los grupos de edad, con ratios muy elevadas que van desde el 80% de los jóvenes de entre 18 y 29 años, al 58% de los mayores de 65 años.
Al etiquetado en redes sociales le ocurre algo similar que al check-in. Sólo 3 de cada 10 usuarios de redes sociales lo incluyen en sus publicaciones, según un estudio de Pew Internet & American Life Project. Como cabía esperar, los más jóvenes de entre 18 y 49 años son los más proclives a este tipo de etiquetados. Los que más los hombres de entre 30-49 años con una tasa del 34%, frente al 26% de los mayores de 40.
Pero en ningún caso las cifras rozan siquiera los niveles de uso de los servicios de localización. El mensaje que lanzan los usuarios con su propio comportamiento parece evidente: pasado el furor de lo novedoso, lo que más interesa es la utilidad de los servicios.