Por Redacción - 20 Enero 2016
El futuro del consumo será muy diferente al presente del mismo. Los estudios no hacen más que dar pistas sobre cómo están cambiando los hábitos de los consumidores y sobre cómo continuarán haciéndolo. Las cosas que hoy en día son recurrentes y habituales, no lo serán en el futuro próximo o al menos no lo serán de la misma manera. Las marcas tienen que adelantarse a los cambios y tienen que adaptarse a ellos, especialmente cuando sus rasgos de identidad pertenecen al mundo "del pasado" y por tanto tendrán que ser modificados para cumplir con las exigencias del presente.
Uno de los terrenos que más se tiene que adaptar a los cambios es el sector del retail. La aparición de internet y los cambios en los hábitos de consumo hacen que las cosas sean cada vez más complejas y que estos negocios tengan que pensar mucho más lo que hacen y cómo lo hacen. En el presente, internet ha cambiado ya las reglas del juego. En el futuro, lo hará todavía más.
Las previsiones más apocalípticas señalan que las tiendas serán cada vez menos importantes y que incluso podrán estar llamadas a desaparecer en el futuro no tan lejano. Según un informe de IBM, en diez años las tiendas habrán dejado de ser tiendas y se habrán convertido en una suerte de showrooms, en los que los consumidores podrán ver los productos y probarlos para luego hacer la compra online. Este cambio vendrá marcado, aseguran, por los propios intereses de los consumidores: el 50% de las compras se harán en 2025 en internet.
No todas las previsiones son tan negativas en lo que la supervivencia de las tiendas físicas se refiere, aunque todas tienen en común el señalar que se producirán cambios y, sobre todo, que los móviles se convertirán en el nuevo motor de consumo y en el que hará que lo que se hace en las tiendas no tenga nada que ver con lo que se hace ahora. Ese es el punto que destaca el último informe sobre la materia de la The Economist Intelligence Unit (EIU), que señala que los consumidores emplearán mucho más que nunca los móviles en sus procesos de compra y que estos cambiarán para siempre los hábitos de consumo.
El estudio advierte a los retailers de que se tienen que adaptar ya mismo a las oportunidades que abren los móviles, ya que se están enfrentando un poco a un momento de ahora o nunca. Puede que el uso de los móviles en los procesos de compra no sea todavía total y absoluto en todos los grupos de consumidores, pero los analistas advierten que lo será en el futuro próximo. A medida que los jóvenes de hoy se conviertan en los grupos dominantes del consumo de mañana y a medida que se le vayan sumando los consumidores que vienen después de ellos, el móvil se convertirá en todavía más decisivo y en un elemento "mainstream" en los procesos de compra. Los consumidores emplearán los móviles de forma recurrente en sus compras y las marcas tendrán que ser capaces de responder a estas necesidades.
¿Cómo se usa el móvil?
Las cifras ya demuestran que el móvil, más allá de lo que sucede con los millennials, se usa ya mucho en tiendas. De forma general, un 60% de los consumidores emplea estos dispositivos para hacer comparaciones en la tienda. De forma general, los consumidores emplean también estos terminales para hacer compras, sea en el lugar que sea. Un 69% de los encuestados asegura que compra o realiza acciones relacionadas con las compras tanto desde el móvil como desde sus ordenadores. Cuando se pone el foco en los millennials, las cifras son más elevadas. En este caso se sube hasta el 81%.
Los consumidores tienen además elevadas expectativas ante lo que los vendedores pueden hacer con sus terminales móviles. Un 76% de los consumidores encuentra atractiva la idea de que en las tiendas empleen los móviles para enviarles mensajes de compras y un 51% espera en el futuro recibir muestras de productos.
"El mobile shopping continúa creciendo", explica Carolyn Whelan, la responsable del estudio, "pero la demanda de servicios más sofisticados aumenta, especialmente entre los millennials". Y es que los consumidores son cada vez menos permisivos con los errores y con la mala experiencia móvil. Un 63% se queja de las pantallas y un 39% de los problemas de navegación.
Las marcas tienen por tanto que mejorar la experiencia y tienen que ser capaces de responder mejor a las necesidades de los consumidores en el entorno móvil. Al fin y al cabo esos cambios propiciados por el móvil que están ya cambiando el consumo y que son ahora elementos que los consumidores están probando serán las realidades de las compras del día a día en unos pocos años.