Por Redacción - 29 Noviembre 2017
Durante bastante tiempo, uno de los grandes problemas a los que se enfrentaba la publicidad en internet móvil era el conocido como síndrome de dedos gordos. En el momento en el que el móvil se estaba convirtiendo en el rey de la navegación, empezó a generarse una situación bastante complicada: los clics que lograban los anuncios no eran del todo legítimos. De hecho, según cifras de un estudio que había salido más o menos cuando el problema se estaba convirtiendo en titular, el 40% de los clics que conseguían los anuncios móviles se podían achacar a este síndrome. La mezcla entre unas pantallas pequeñas y sensibles y unos dedos no tan finos hacía que muchas veces hiciésemos clic en un anuncio que no queríamos realmente ver.
La cuestión era un problema importante, porque la publicidad móvil estaba convirtiéndose en una parte cada vez más importante del presupuesto publicitario online y estaba viviendo entonces su momento de gran boom. Las marcas estaban apostando cada vez más por ello, pero no querían que sus anuncios fuesen vistos por error.
A medida que el móvil se iba haciendo más y más importante empezaron las medidas para hacer que la incidencia del síndrome de dedos gordos fuese menor. De hecho, en la gran actualización del algoritmo de Google centrada en el móvil de hace unos años eso fue una de las cosas que penalizó.
Pero ¿se ha acabado de verdad el síndrome de dedos gordos? ¿Son todos los clics que hacemos desde nuestro dispositivo móvil completamente legítimos? Posiblemente todos le hayamos dado me gusta sin querer a alguna actualización en redes sociales a la que no queríamos dar nuestra bendición. Y, dado que los medios y las marcas no han renunciado todavía a la publicidad que invade la pantalla en dispositivos móviles, es bastante probable que todos hayamos dado alguna vez una visita a un anuncio que en realidad no queríamos ver.
Los consumidores, de hecho, pocas veces quieren visitar los anuncios que acaban visitando. Al menos eso es lo que acaba de desvelar un estudio de Button y App Annie (sobre una muestra estadounidense). Según sus conclusiones, la mayor parte de los consumidores no querían realmente hacer clic en los anuncios que les habían servido en móviles. Esto es: no han hecho clic a propósito.
Los datos varían según las franjas de edad analizadas, pero aun así muestran una tendencia general bastante similar. Solo el 2% de los millennials y de los miembros de la Generación X y el 1% de los baby boomers hacen clic muy a menudo en los anuncios para móviles.
Los números no son mucho más optimistas cuando se va al otro lado de la actividad. Un 17% de los millennials, un 18% de la Generación X y un 24% de los baby boomers nunca hacen clic a propósito en los anuncios que les sirven en el móvil y un 42% de los millennials, un 46% de los miembros de la Generación X y un 49% de los baby boomers lo hacen raramente. Por tanto, se podría decir que el engagement con la publicidad móvil no es exactamente algo que salga del consumidor.
Un estudio del IAB añadía que las cosas cambian entre los anuncios vistos en apps y los vistos en la web móvil. Un 47% de los internautas móviles (en todo el mundo) reaccionaban ante anuncios servidos en una app y un 45% a los que se ven en la web móvil.
Por tanto ¿seguimos siendo víctimas del síndrome de los dedos gordos o es que la propia presencia de los anuncios y cómo se colocan en las webs móviles hacen que sea imposible saltarlos? Los dos estudios no dicen nada sobre la cuestión, pero el tema no deja de ser un potencial problema para las marcas y empresas que están viendo en los anuncios móviles la respuesta a todas sus dudas publicitarias.