Por Redacción - 28 Mayo 2019
Una de las lecciones clave que los marketeros han aprendido en los últimos años es la de que los dispositivos móviles se han convertido en elementos clave para el día a día de los consumidores. Cada vez, se lleva el móvil a más partes, se emplea para más cosas y se usa como guía en más momentos del día a día. El móvil se ha convertido en una especie de aliado recurrente y habitual al que recurrimos para cada vez más cosas. Casi se podría decir que estamos pegados a nuestros terminales en todo momento.
Pero esta dependencia recurrente de las pantallas móviles ha tenido un impacto que va mucho más allá de su omnipresencia. ¿Se están convirtiendo los móviles ya en pantallas que vemos de forma automatizada sin saber muy bien qué vemos y sin tener muy en cuenta qué nos ofrecen y cómo? Esto es, ¿estamos viendo el móvil sin verlo?
En cierto modo, cada uno podría responder a esa pregunta simplemente pensando en lo que hace en los últimos tiempos cuando saca el móvil de su bolsillo y, sobre todo, lo que hace cuando se lo ha dejado en casa. Al fin y al cabo, ¿quién no se ha encontrado intentando ver la pantalla del móvil inexistente aunque en realidad no tenía nada especial que ver?
El comportamiento de actualizar la pantalla, mirar qué hay sin mucho más interés que la inercia de verlo, es cada vez más recurrente. Lo podemos comprender cuando nos encontramos en esa situación pero también cuando analizamos los datos estadísticos. Como acaba de concluir un estudio de Mobile Posse y Phoenix Marketing, cada vez son más las personas que mirar la pantalla de su móvil por mirar. Esto es, miran su pantalla móvil sin tener un destino en mente, como explican en las conclusiones del estudio.
Esto supone una ruptura con los usos que se hacían de estos dispositivos. En los primeros años, cada vez que se cogía el móvil era para hacer algo. Ahora, sin embargo, puede que sea sin ningún objetivo claro en mente, simplemente por inercia.
Los datos del estudio son claros. De media, los consumidores van a sus móviles 70 veces al día. Sin embargo, la mayor parte de esas veces lo hacen para nada: en el 88% de los casos echan mano de sus móviles sin ningún destino claro en mente. No van a ver o a hacer nada específico.
Quizás por tanto no sea sorprendente que los consumidores sean bastante receptivos a la idea de que les descubran cosas y contenidos. Dos de cada tres consumidores quiere una mejor experiencia de descubrimiento de contenidos en el móvil.
Frente a ellos, un 25% reconoce que las notificaciones push son los formatos para descubrir contenidos que menos les gustan.
En las conclusiones del estudio, los responsables estiman que esta realidad es una oportunidad para las empresas para hacer caja. Al fin y al cabo, los consumidores no saben muy bien qué buscan, pero sí que quieren encontrar algo. Las compañías que logren posicionarse en ese nicho de mercado y que ofrezcan contenidos para esos consumidores pueden lograr de ese modo conectar con esas audiencias, fidelizarlas y lograr ingresos gracias a ellas.
Sin embargo, el análisis de estos datos debería llevar a hacer un análisis más profundo, porque este estudio puede tener implicaciones muy importantes en marketing móvil. Por un lado, les dice a las empresas que tienen muchas ventanas de oportunidad y que el móvil es una pantalla recurrente, de la que siempre estamos pendientes.
Por otro lado, sin embargo, no deben olvidar que también les está diciendo que la atención que se presta a esa pantalla móvil es superficial. Las marcas y las empresas tienen que tener claro que hay que hacer un esfuerzo extra para que ese momento de ver sin ver se convierta en un momento de atención.