Por Redacción - 16 Agosto 2008
Ya hemos hablado en numerosas ocasiones sobre como las acciones de Marketing y publicidad que recurren a fórmulas y métodos poco convencionales con el objetivo de originar expectación y polémica para llamar la atención, generar ruido y convertir la propia acción en un fenómeno viral con gran poder de propagación.Sin embargo a pesar de la diversidad de medios y soportes disponibles para realizar campañas publicitarias, lo tradicional parece quedar obsoleto iniciándose así una búsqueda de nuevos espacios creativos. Es aquí donde la publicidad se convierte en "callejera" y las acciones pasan a denominarse de "guerrilla" o a lo que popularmente se conoce como acciones de street marketing. Es decir, Todas aquellas promociones, acciones de comunicación y campañas publicitarias que se efectúan en el medio urbano o en espacios comerciales mediante técnicas no controladas por las compañías de medios, con el objetivo de generar mayor impacto y un acercamiento más directo con los consumidores.Una de las últimas campañas que han aparecido bajo este concepto publicitario ha sorprendido por su agresiva puesta en escena. Desarrollada en diferentes ciudades españolas, varios "actores" yacían inertes sobre el suelo, "ensangrentados y apuñalados" con un factura telefónica en el pecho.El mensaje que intentaba transmitir esta campaña de marketing de guerrilla es el nacimiento de una nueva compañía telefónica que intenta evitar que "nos sintamos apuñalados cada mes". Esta acción corresponde a una campaña publicitaria de la compañía de telefonía móvil "simyo" que también dispone de su propio microsite en internet.Sin duda alguna la agresividad y la puesta en escena de esta acción de marketing callejero es capaz de generar tal impacto que casi resultaría imposible olvidar de nuestras memorias, por lo que su efectividad se basa principalmente en su impacto y el alto índice de recuerdo gracias a la originalidad de la misma. El debate entorno a ello se debería centrar en los límites de este tipo de campañas agresivas ya que al margen de invadir o tomar la calle como escenario o espacio publicitario, quizás deberían meditar o tomar en cuenta la predisposición o sensibilidad de los transeúntes ante escenas que para muchos podrían ser consideradas como macabras o fuera de contexto. Dicho ello, se cumple el primero de los objetivos de este tipo de acciones. Crear polémica.