Por Redacción - 24 Octubre 2016
Llamar la atención del consumidor es una de las cuestiones más complicadas a las que se enfrentan las marcas. Cada vez hay más y más mensajes y cada vez existe más y más ruido en el mundo en el que se mueven los consumidores, lo que hace que las marcas tengan que esforzarse más y más para intentar llamar la atención, para intentar que sus mensajes no se pierdan en medio de todo ese barullo y logren, por tanto, captar durante un momento al consumidor.
Una vez que se tiene al consumidor frente al mensaje, la marca debe lograr que lo analice, lo procese y, sobre todo, lo recuerde. Muchos de los anuncios y mensajes de marca que llegamos a ver y procesar, se pierden después en medio de todo aquello que nuestro cerebro considera irrelevante y poco digno de espacio en nuestra memoria. Las marcas necesitan crear por tanto mensajes llamativos, relevantes y seductores. Pero ¿cómo hacerlo?
Uno de los trucos que emplean las marcas es la de añadir a su mensaje un elemento impactante, algo que llame la atención y que marque la diferencia, algo que capte nuestra atención y consiga, por tanto, que nos fijemos en lo que nos están diciendo y que procesemos esos datos, que los conservemos en nuestra memoria. Como apuntan en un análisis, las marcas usan ciertos elementos concretos que suelen funcionar.
Como apuntan en el análisis, es una de las técnicas que se pueden encontrar en algunos de los anuncios que han logrado convertirse en virales en los últimos tiempos y que han conseguido llamar la atención y fijarse en la memoria de los consumidores. A los consumidores les gusta que las marcas señalen lo que hay de diferente y que lo hagan además de forma positiva. En uno de los anuncios de Google de Android (que acumula millones de reproducciones en YouTube) se suman imágenes de animales muy diferentes que, a pesar de todo, son amigos.
Uno de los elementos que las marcas han usado durante años ha sido el shock advertising, el usar mensajes muy llamativos e impactantes para conectar con el espectador. Habitualmente, esta técnica se asocia a mensajes altamente dramáticos, como es el caso de la publicidad de prevención del consumo de drogas o el de las campañas anuales de Tráfico. En esos casos, algunos estudios han demostrado que han perdido un tanto su efectividad porque los espectadores se han acostumbrado demasiado a este tipo de mensajes.
Sin embargo, algunas marcas que han usado mensajes chocantes han logrado altas cuotas de recuerdo en los últimos tiempos, como Sisley con una campaña en la que equiparaba el consumo de moda al consumo de drogas. Choca y se procesa, aunque la marca tiene que tener muy claro qué quiere con ello y a qué está dispuesta (campañas como la de Sisley son muy controvertidas).
Si se hace bien (y si se consigue crear una campaña que demuestre que es algo real y no una campaña de spam más), tirar la casa por la ventana en redes sociales puede ayudar (y mucho) a conectar con los consumidores y a ser viral, como recuerdan en el análisis. Es lo que ocurre cuando se lanzan campañas concretas en los perfiles sociales en los que sortean productos de primer nivel, cosas valiosas y muy deseables. El concurso se convierte en viral y se comparte una y otra vez.
Los concursos, aun así, no solo funcionan en redes sociales. Las promociones, especialmente las promociones impactantes, se pueden usar en otros canales y pueden lograr conectar con los consumidores en otros escenarios.