Por Redacción - 5 Diciembre 2019
Aunque una de las grandes tendencias en la última década en publicidad ha sido la de cambiar el modo en el que se representa a las mujeres en los anuncios y el comprender que los clichés y las representaciones sexistas no funcionan, la publicidad machista no ha desaparecido de la faz de la tierra. Nada más lejos de la realidad, de hecho. Sea de una manera más obvia o sea de un modo más sutil (como ocurre con todos esos anuncios en los que las mujeres solo representan ciertos roles o funcionan como elemento decorativo de fondo), la representación sesgada y problemática de las mujeres sigue estando presente en el universo publicitario.
El último gran ejemplo está en la campaña publicitaria de un teléfono. La historia es una de esas, de hecho, en la que el propio anuncio - y sus cuestionables características - acaban haciendo que todo el mundo hable de algo de lo que quizás de otro modo no lo hubiesen hecho o lo hubiesen hecho mucho menos. El hermano del famoso narcotraficante Pablo Escoba, Roberto Escobar, acaba de presentar un smartphone.
Cuesta menos de 400 euros y se presenta como una opción barata en el mercado de los teléfonos plegables (esa que está siendo uno de los elementos de moda este año y que se convirtió en un dolor de cabeza en reputación para Samsung). "El Escobar Fold 1 es el mejor smartphone del mundo ahora mismo" promete el creador en la nota de prensa de presentación del dispositivo. Según los medios estadounidenses, incluso ha asegurado que quiere batir a Apple.
Quizás la curiosidad que supone su historia familiar le hubiese asegurado una cierta cobertura informativa, pero el móvil lo ha logrado con su campaña de publicidad. El Escobar Fold, el nombre del dispositivo, ha llegado al mercado con una campaña publicitaria brutalmente machista. El anuncio está diseñado como si las últimas tres décadas - por lo menos - no hubiesen ocurrido. Como señalan en Público, el terminal se vende usando a mujeres semidesnudas como reclamo.
Los comentarios en YouTube para el vídeo están desactivados, lo que, teniendo en cuenta su contenido, no resulta sorprendente. El segundo de los vídeos que han subido vinculados al vídeo (un tutorial sobre cómo funciona... que protagoniza una mujer con el torso desnudo) aparece incluso como un vídeo limitado por edades en YouTube.
Como apuntan en ZDnet, el sexismo ha vuelto al mercado de la tecnología. Como señalan en su análisis, el sector ha tenido un problema sexista desde hace mucho tiempo, pero en los últimos años habían echado el freno y, al menos, las propias empresas habían empezado a reconocer el problema y a hablar de él. El anuncio del Escobar Fold entronca, se puede concluir leyendo su análisis, con esa era en la que en las ferias tecnológicas, se vendiese lo que se vendiese, había azafatas en bikini.
En ZDNet añaden, para completar esa visión de cómo el sexismo parece haberse convertido en la tendencia publicitaria de la Navidad en el universo de la tecnología, el anuncio de Peloton, la compañía estadounidense de bicicletas estáticas y contenidos. Su anuncio se ha convertido en el más popular por críticas de la campaña: en él, un hombre le compra a su pareja como regalo de Navidad una de sus bicis para que haga deporte y se ponga en forma. Aquí todo es más sutil y menos obvio, eso sí.
A la par de la popularidad del anuncio está la de una parodia que ha hecho una tuitera. El anuncio, que ha sido descrito en las redes sociales como sexista y distópico así como ofensivo y estúpido, ha hecho que la empresa (que continúa defendiéndolo) pierda 1.500 millones de dólares en valor en bolsa.
Por supuesto, estas dos campañas no son las únicas campañas de publicidad machista que han llegado al mercado. Varias campañas de MediaMarkt, tanto en España como en otros países en los que opera, han sido acusadas de ser simple publicidad sexista, por poner otro ejemplo sobre publicidad machista en la industria tech.
Fuera de ella, la industria de la perfumería y la moda ha sido una de las que ha lanzado anuncios emblemáticos del uso del sexismo en publicidad. No hay más que pensar en la icónica - y no por bien - campaña de Dolce&Gabbana en la que una mujer era reducida contra el suelo.