Si hubiese que hacer un listado de cuáles son las marcas más influyentes en el mundo de la publicidad y el marketing, Coca-Cola estaría sin ninguna duda entre las más destacadas. La compañía suele adelantarse a las tendencias de moda - ahí está cómo hablaba de felicidad antes de que la felicidad fuese un tema de moda y la palanca para venderlo todo - y suele funcionar como una guía de cómo serán las campañas de moda de los siguientes años. A eso hay que sumar otro dato importante y es que Coca-Cola es una de las marcas que más invierte en publicidad en todo el mundo.

Los últimos meses han sido raros. Lo han sido para todo el mundo, cierto, pero especialmente para la estrategia de publicidad y marketing de Coca-Cola. Los confinamientos y cierres de sectores con grandes aglomeraciones de consumidores - como los cines o los eventos deportivos - hicieron que las ventas del refresco se resintieran.

Además, Coca-Cola optó en un primer momento por una estrategia altamente conservadora, paralizando la inversión en publicidad hasta tener claro qué iba a ocurrir. Coca-Cola retomó los anuncios cuando se empezó a hablar de la nueva normalidad en el verano del año pasado y a principios de este verano ya estaba gastando como siempre en campañas.

Ahora, la compañía ha presentado la que será su primera macrocampaña global en cinco años, con anuncio, refresco del logo, packaging y, sobre todo, un nuevo concepto de publicidad. Si hace unos años Coca-Cola vendía la felicidad, ahora va a empezar a vender el estar todos unidos. Su nueva campaña publicitaria se centra en eso.

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