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Todos contra el fuego: la esencia de una recordada campaña de publicidad institucional veraniega

El bucólico anuncio, protagonizado por Serrat, fue el canto de cisne de la publicidad optimista; los anuncios dramáticos tomaron después el papel protagonista 
Periodista especializada en marketing, tecnología y cultura. Como escritora, autora...

Casi se podría decir que, en los elementos clásicos del verano, se encuentra uno que no es, ni de lejos, algo optimista y positivo. A las vacaciones y los días de calor, también se suman los incendios forestales, que ocurren verano tras verano y que tienen un efecto muy negativo sobre el entorno.

Aunque los incendios forestales no son un problema exactamente de siempre, si es uno con una historia ya bastante larga. Durante la segunda mitad del siglo XX ya eran un problema importante, con ya efectos nefastos. Y, cuando existen problemas importantes, suele existir también una respuesta de las autoridades, la de intentar convencer a los ciudadanos de que cambien sus comportamientos para frenar el impacto de esta situación. Las campañas de concienciación tocan todos los temas posibles y los incendios forestales no se quedan al margen.

Lo hicieron, además, con mayor y menor grado de éxito en relación al reconocimiento y memorización de la campaña. Quizás, la más exitosa de todas ellas fue la de la canción Todos contra el fuego, una campaña publicitaria de 1990 que todavía está en la memoria de muchos consumidores. Puede que no recuerden por completo el anuncio, pero posiblemente sean capaces de tararear el jingle que la protagonizaba.

La campaña estaba protagonizada por Joan Manuel Serrat, aprovechando el tirón que aportaba su popularidad. Como recuerdan en la web del ministerio heredero del que organizó aquella acción entonces, el Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico, a Serrat lo acompañaban los escolares de un colegio cercano a la zona en la que se grabó, bosques en Valsaín, que cantaban el estribillo. "Todos contra el fuego todos contra el fuego nuestro bosque hay que cuidar. Que no quede muerto que no sea un desierto tú lo puedes evitar", cantaban. Lo importante era recordar a la audiencia que los incendios forestales se podían evitar, que de los comportamientos de cada uno dependía que las cosas fuesen distintas.

De hecho, las campañas publicitarias no eran los únicos elementos de concienciación. También se hacían campañas educativas centradas en los escolares – al colegio de esta redactora en los 90 llevaron un juego de mesa en el que teníamos que ponernos en el lugar de las brigadas forestales para parar el fuego – y otro tipo de acciones.

Una trayectoria de campañas publicitarias

Aunque la versión de Serrat es la más recordada, lo cierto es que la campaña no empezó con él. Como recuerda en Busque, compre y, si encuentra un libro mejor, ¡cómprelo! Sergio Rodríguez, la canción de Todos contra el fuego arranca a finales de los 80. En 1988, la agencia de publicidad Dardo crea una campaña para el Instituto Nacional para la Conservación de la Naturaleza (ICONA), del Ministerio de Agricultura, Pesca y Navegación. Era un “plan especial de concienciación para la prevención de los incendios en bosques y campos”, que funcionaba como un publirreportaje. La clave para captar la atención de los españoles estaba en llenar la campaña de famosos.

En el primer anuncio, era Hugo Stuven el realizador (un realizador de la televisión más popular de esos años) y los famosos – todos del mundo musical – eran muchos y muy variopintos. Al cantautor José Antonio Labordeta, por ejemplo, lo acompañaba el grupo de música popular La Década Prodigiosa. También participaban Manolo Escobar, el Fary, Mari Trini o Barón Rojo. Todos cantaban el mensaje de que juntos se podía luchar contra el fuego. El segundo anuncio iba en la misma línea, sumando famosos que no eran del mundo musical, como Paquito Fernández Ochoa o Mariano Ozores, a cantantes y grupos musicales.

Los anuncios fueron, eso sí, una suerte de ocaso de un tipo de anuncio. Las campañas eran amables y bucólicas. Los famosos aparecían en bosques se podría decir que encantadores, en los que poco o nada pasaba. Es decir, no se buscaba concienciar mostrando lo dramático, sino que se hacía con lo optimista. El bosque ideal te convencía de que vigilases los incendios forestales. Quizás, se podría decir que no funcionó – los incendios forestales no desaparecieron en los 90, nada más lejos de la realidad – y que las autoridades responsables necesitaban tocar otras teclas.

“Años después se cambió hacia una estrategia más dura y dramática, al estilo de lo que estaba comenzando a hacer en sus campañas la Dirección General de Tráfico”, escribe Rodríguez en su libro. El mejor ejemplo para ver cómo cambió el tono está en un recopilatorio que hizo hace unos años para sus segmentos Te Acuerdas Televisión Española: de hecho, la evolución es parecida a la de los anuncios de tráfico.

Las campañas de los años 60 muestran a un dibujo animado haciendo recomendaciones a los ciudadanos que cometen errores, una publicidad didáctica y sencilla. Luego se pasa por lo emocional pero optimista. Y finalmente se acaba en los mensajes dramáticos y las imágenes de impacto, mostrando todo lo malo que puede ocurrir cuando se producen incendios forestales.

Periodista especializada en marketing, tecnología y cultura. Como escritora, autora...
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