Se está discutiendo la posibilidad de prohibir las campañas publicitarias de partidos políticos en plataformas de Meta dentro de la Unión Europea. Según fuentes cercanas, el gigante de las redes sociales está evaluando internamente la viabilidad de esta medida frente a la próxima legislación. La decisión se tomará en junio, momento en que la Comisión Europea, el Parlamento Europeo y los estados miembros deberán haber llegado a un consenso sobre la definición de publicidad política que regirá toda la normativa relacionada.
Aunque existe cierto grado de acuerdo entre todas las partes en relación a que la publicidad política son mensajes promocionados por un actor político o interesado en influir en las elecciones, el debate se centra en cómo restringir el uso de datos de los usuarios en plataformas como Facebook o Instagram para orientar esas campañas publicitarias. La normativa propuesta busca una mayor transparencia en las plataformas al exigir que se divulgue información como el costo de los anuncios, quién los financió y cuántas personas los vieron.
Este movimiento se enmarca dentro de las medidas que están adoptando las autoridades europeas para hacer frente al problema más amplio de la desinformación con posibles efectos electorales, tal como lo anticipó Politico en octubre de 2021. La experiencia del referéndum del Brexit en 2016 suscitó una creciente preocupación en la Unión Europea sobre el impacto de los anuncios políticos segmentados en plataformas, que produjeron diferentes resultados. Por ejemplo, en 2018, Google anunció que revelaría la identidad de los anunciantes que compraran este tipo de campañas con miras a las elecciones del Parlamento Europeo del año siguiente.
La empresa está esperando hasta junio para tomar una decisión definitiva sobre la posible prohibición de la publicidad política en sus plataformas, momento en que se espera que las autoridades de la UE y los estados miembros establezcan una definición común para este tipo de anuncios.
Históricamente, ha habido pocos precedentes de bloqueos de publicidad política en plataformas de redes sociales, con la mayoría de los casos relacionados con el uso de estas capacidades en las elecciones presidenciales de 2016, que ganó Donald Trump. Cuatro años después, tanto Facebook como Google implementaron un veto temporal en torno a las elecciones para prevenir posibles malas prácticas. Un estudio de Pew publicado pocas semanas antes de las elecciones indicó que más de la mitad de los estadounidenses opinaban que estas compañías no deberían aceptar anuncios políticos. Este contexto se desarrolla en un momento de inversión récord en las elecciones, que ayudó a amortiguar el impacto del boicot publicitario a Facebook.