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Cuando Google decide 'apagar' la publicidad y el caso del millón de dólares

¿Cuáles son las consecuencias cuando Google decide 'banear' la cuenta de un editor?
Periodista especializada en marketing, tecnología y cultura. Como escritora, autora...

Google es una de las principales fuentes de financiación de los medios de comunicación de medio mundo. La compañía es el cerebro y la mano operativa detrás de una de las redes de publicidad más populares de internet, AdSense, que es la que emplean todos y cada uno de los medios, desde los más pequeños hasta los más grandes, para que los anunciantes compren sus espacios publicitarios.

La compañía tiene unas normas bastante draconianas para garantizar lo que considera que es un trato justo en cuestión de venta de espacios publicitarios. Los responsables de los medios no pueden incentivar los clics de ninguna manera en los banners y tampoco pueden empujar a los consumidores al engaño. Es decir, no pueden situar la publicidad de modo que los consumidores acaben clicando por error en ella. Y por supuesto ellos no pueden hacer clic en los anuncios. Si lo hacen, Google baneará su cuenta, la publicidad de AdSense desaparecerá de su site y los anuncios no se podrán recuperar nunca más. Su nombre quedará vetado de por vida.

Esto genera cierta tensión entre los responsables de las páginas. Como me explicaba en alguna ocasión una bloguera, "temo hacer algo mal y que Google me penalice". Al fin y al cabo, AdSense es el jugador más fuerte de ese mercado. Y conseguir que Google castigue a los que considera infractores no es tan complicado, o al menos no es que no haya pasado nunca. Las consecuencias serán, además, incuestionables, ya que Google aunque Google permite apelar, sigue siendo quien tiene la decisión final.

El infractor tiene que aceptar el veredicto de la compañía, dar por perdido el dinero que pudiese tener acumulado en su cuenta y buscar una - difícil - alternativa. Y dado que perder AdSense implica perder dinero (no hay más que ver lo que sucedió el día en el que los anuncios desaparecieron por culpa de un error de la compañía), a los medios eso no les interesa mucho. Sobre todo porque la única reclamación posible es la judicial. Y eso es lo que acaba de hacer un medio estadounidense, en un caso que permite reflexionar sobre el peso que Google tiene en esta industria y la posición que los medios pueden ocupar.

Un caso judicial de 1 millón de dólares

Detrás del caso está una pequeña compañía californiana, Pubshare, que había creado un site de publicación de contenidos virales. Gracias a la publicidad de AdSense, había hecho durante dos meses de 2013 1 millón de dólares, pero cuando llegó el momento de pagar, Google canceló su cuenta. La firma, que ha llevado el caso a los tribunales, justifica los datos señalando que había hecho 300 millones de visionados de anuncios y 1,5 millones de clics, lo que suponía un CTR del 0,45%. Google los acusó de haber incentivado de forma irregular los clics.

"Permitir a un editor en AdSense el acumular cientos de miles de dólares en beneficios sin ningún aviso de que está realizando prácticas inadecuadas y luego recusar pagarle esos beneficios a través de emails autogenerados es la verdadera definición de mala fe", asegura el abogado que representa al site a BusinessInsider.

El caso es el último en unirse a la lista, pero no el primero. El medio estadounidense ha de hecho recopilado diferentes casos y ha conseguido que distintos medios le expliquen su historia con Google AdSense de acumulación de ganancias y cierre de la cuenta cuando llegaba el momento de pagar. Cuatro de las firmas estudian si denunciar a Google por fraude y tres ya están en los tribunales.

Algunas de ellas les han mostrado incluso pruebas de que el cómo ellos colocaban los banners tenía el visto bueno de AdSense (el servicio manda, por ejemplo, de vez en cuando mails y newsletters con recomendaciones sobre cómo hacer que los anuncios sean más efectivos). De hecho, una de ellas cuenta como cuando hizo 200.000 dólares en el site, su responsable comprobó con comerciales de Google AdSense que estaban realmente cumpliendo las normas, para así poder invertir más en la página y conseguir más ganancias. Los responsables confirmaron que lo estaba haciendo todo bien, invirtió, llegó a los 500.000 dólares y el site fue bloqueado.

Pubshare, por su parte, ha identificado en páginas que siguen teniendo los anuncios de Google AdSense operativos las mismas prácticas de colocación de anuncios por las que Google justifica que fueron vetados. Y otra de las páginas afectadas fue vetada por usar contenidos de otros medios, una práctica que no es una excepción en internet.

Además del millón de dólares que ha perdido Pubshare, los otros casos oscilan entre cantidades que van de los 35.000 a los 500.000 dólares por ingresos publicitarios desaparecidos cuando Google les cerró la cuenta.

Periodista especializada en marketing, tecnología y cultura. Como escritora, autora...
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